La minera Barrick Gold Corp desaceleró los gastos en su proyecto de oro Pascua-Lama en Chile y Argentina y postergó el inicio de la producción al 2016, pero la decisión podría no ser suficiente para los accionistas, inquietos ante la posibilidad de que el costo final escale hasta superar el valor del yacimiento.
Aunque el megaproyecto minero situado en la frontera de los dos países sudamericanos busca desarrollar uno de los depósitos de oro más grandes del mundo, la serie de demoras y el aumento de los gastos se han convertido en una pesadilla para el mayor productor global del metal precioso y sus inversores.
"Ellos deberían dejar Pascua-Lama", dijo John Ing, presidente de la firma de investigación e inversión Maison Placements, agregando que la minera canadiense también debería desinvertir en activos no esenciales, reducir los gastos en exploración y recortar los abultados salarios de su directorio si desea revertir su situación.
Barrick anunció la noche del viernes que postergaría la construcción del proyecto con miras a iniciar la producción a mediados del 2016, aplazando entre US$1.500 millones y US$1.800 millones de dólares en costos de capital previstos en 2013 y 2014.
La compañía no ha informado recientemente al mercado sobre sus costos de capital y la última vez proyectó un monto total de hasta US$8.500 millones.
La postergación estuvo en línea con un escenario que la analista Anita Soni de Credit Suisse esbozó previamente, puesto que el banco redujo el panorama de Barrick a "neutral" desde "superior a las expectativas".
Soni estimó que el inicio de la producción a mediados del 2016 elevaría los costos de capital en cerca de un 20% a US$10.000 millones y que eso podría impactar al mercado, que anticipaba el comienzo de la extracción para fines del 2015.
"En nuestra opinión, el inicio de la actividad hacia mediados del 2016 en Pascua-Lama podría ser una sorpresa negativa para el mercado", afirmó en una nota.
La decisión de desacelerar el proyecto podría causar otro declive de las acciones de Barrick, cuyos títulos ya han caído a su menor punto en más de 20 años, afectado por las dificultades de Pascua-Lama, junto con niveles de deuda preocupantes y una fuerte caída de los precios del oro.
Pero la alternativa, abandonar definitivamente Pascua Lama, no sería una tarea sencilla para la compañía.
Una vez establecido, el yacimiento de oro tendría uno de los costos de operación más reducidos del mundo, al producir entre 800.000 y 850.000 onzas del metal precioso al año con un gasto total sostenido de apenas US$50 a US$200 por onza en sus primeros cinco años de actividad.
Y Barrick ya ha gastado casi US$5.000 millones en el proyecto, al tiempo que las instalaciones mineras y de procesamiento están parcialmente instaladas.
El costo de cerrar el sitio podría ascender a US$1.000 millones de dólares, de acuerdo a analistas, y la compañía también tendría que pagarle a Silver Wheaton, que cuenta con derechos sobre parte de la producción de plata del yacimiento.
De todas formas, con el reciente aplazamiento y la caída de los precios del oro - que bajaron un 23% en el segundo trimestre - Barrick espera asumir una amortización de hasta US$5.500 millones en el valor de Pascua-Lama, una píldora amarga para los inversores.
"Los obstáculos de Pascua Lama son mayores a lo proyectado, pero no espero ver que el precio del oro caiga demasiado, de modo que es posible que esto no sea una sorpresa después de todo", dijo un administrador de portafolios, cuya firma cuenta con acciones de Barrick Gold.
El administrador de fondos, que declinó ser identificado debido a las políticas de la compañía, dijo que la demora es positiva a la luz de la actual tendencia bajista de los precios del oro, aunque la desventaja radica en que los nuevos influjos de efectivo de la mina también fueron postergados.
"Los inversores minoristas podrían estar algo atemorizados por la noticia, pero es mejor tener menos incertidumbre", sostuvo.