El gobierno chino fijó en 500 yuanes (alrededor de 35 mil pesos chilnos) el precio del pasaje para el tren de alta velocidad que unirá a las dos mayores ciudades de ese país, Beijing y Shanghái.
La línea, de 1.318 kilómetros, es uno de los principales proyectos de infraestructura del gigante asiático. El país proyecta tener más kilómetros de alta velocidad que las redes del resto de países del mundo juntas.
Los proyectos han sido frenados por los problemas presupuestarios del Ministerio de Ferrocarriles, que se encuentra altamente endeudado.
El ex ministro de esa cartera, Li Zhijun, fue destituido este febrero y está bajo sospecha de corrupción.