El punto más austral del continente también poseerá un área marina protegida, que contará con una superficie total de 140 mil km². A través de ella se busca preservar los sectores de canales y fiordos del archipiélago Diego Ramírez, además de los montes submarinos del Paso Drake, el tramo de mar que separa América del Sur de la Antártica.

El ecólogo Ricardo Rozzi, investigador de la Umag y uno de los impulsores de la propuesta, dice que el principal logro de la declaratoria es que se sentaron a la mesa los pescadores artesanales e industriales, representantes del turismo y el mundo científico para compatibilizar los objetivos de conservación con las actividades económicas. "Esto da cuenta de una visión de desarrollo que integra las sustentabilidad social, económica y ambiental. Se superan así polarizaciones con una propuesta innovadora preparada desde la región".

Sobre la polémica con la industria del bacalao, Rozzi explica que el parque afecta sólo un 5% de los puntos de lance para la merluza y un 8,9% para los de bacalao. "No se afectan las cuotas y se tomó en cuenta la visión de todos los actores", asegura.