Hasta 880 refugiados e inmigrantes pueden haber muerto en distintos naufragios ocurridos la semana pasada en el Mediterráneo, dijo hoy la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

"Hasta el momento, 2016 está siendo un año particularmente fatal", en relación con las travesías de inmigrantes por el Mediterráneo, señaló el portavoz de ACNUR, William Splinder, en una comparecencia de prensa.

Según el organismo, 2.510 personas han muerto intentando llegar por mar a Europa partiendo en precarias embarcaciones de Libia o de Turquía desde que empezó el año, en comparación con 1.855 fallecidos en el mismo periodo del año pasado y 57 en los primeros cinco meses de 2014.

Si se considera que desde inicios del pasado enero cerca de 204.000 personas han llegado de forma irregular por el Mediterráneo a Europa, la tasa de mortalidad es de una de cada 81 personas que lo intentan, lo que para el organismo confirma la importancia de las operaciones de rescate.

"La Guardia Costera de Italia está haciendo un trabajo formidable y sólo en la última semana ha rescatado a 14.000 personas, con el apoyo de otros países europeos", comentó el portavoz.

Los números confirman que la ruta más utilizada es la que va de Turquía a Grecia, pero la que conecta el norte de África con Italia es la más peligrosa, ya que es donde han ocurrido 2.119 muertes.

Splinder sostuvo que "estamos trabajando para entender mejor las razones y las dinámicas que están detrás de estos movimientos", que se caracterizan en esa última ruta por el sobrepeso de los barcos, que pueden zarpar con 600 o más personas.

"Lo que ocurre en algunos casos es que en cuanto el barco zarpa pide auxilio y los equipos de rescate se apresuran en llegar porque es una carrera contra el tiempo antes de que las embarcaciones se hundan", explicó Splinder.

Algunos testimonios recogidos entre supervivientes apuntan a que los traficantes están intentando de esa manera multiplicar sus beneficios antes de que empiece en diez días el Ramadán.

"Reprimir a los traficantes es esencial, pero esto no es suficiente por si solo si no se ofrece alguna alternativa a la gente. Si la gente está dispuesta a viajar en estas condiciones es simplemente porque no tienen elección", declaró Splinder.

"Sea que quieren llegar a Europa por razones económicas o porque huyen de la guerra, no hay ninguna otra alternativa legal existente para ellos", concluyó.