Con experiencia en la gestión de tareas humanitarias en Sudán y Somalia, el diplomático holandés Peter de Clercq se convirtió en agosto de 2013 en el nuevo vicerepresentante especial para la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah), sustituyendo en el cargo al canadiense Nigel Fisher. Además de "número dos" de la Minustah, De Clercq desempeña las funciones de Coordinador Residente y Coordinador Humanitario de la ONU en el país caribeño. En esta entrevista con La Tercera analiza los logros y desafíos de Haití, a cinco años del devastador terremoto que afectó a la nación más pobre de América.
¿Cuál era la situación de los desplazados internos tras el terremoto?
Justo después del terremoto, 2,3 millones de personas (casi el 30% de la población de Haití) fueron desplazadas sin ningún tipo de refugio. La prioridad era refugio de emergencia, y esto fue proporcionado con éxito a todos los necesitados, que eran 1,5 millones luego que otros encontraran un alojamiento alternativo. Hubiera sido imposible proporcionar refugio a largo plazo tan rápidamente a tanta gente.
¿Y qué se ha hecho por ellos en estos cinco años?
Desde la creación de la Unidad de Construcción de Viviendas y de Edificios Públicos, se ha llevado un proceso acelerado de retorno de los desplazados a los hogares en las comunidades con el apoyo de socios internacionales, por lo que muchos campamentos se han cerrado. Los programas conjuntos de las Naciones Unidas, como el proyecto 16/6 ofrecen subsidios de arriendo a los desplazados internos, apoya la rehabilitación de viviendas y promueve un mayor acceso a los servicios básicos en los barrios de reubicación. En el peak de la emergencia, 1,5 millones de personas se encontraban en los campamentos, pero a fines de septiembre de 2014, este número era ligeramente superior a 85.432, con un descenso del 93% respecto a julio de 2010. Sin embargo, a pesar de esos esfuerzos, la vida en campamentos continúa siendo una realidad para muchos por algún tiempo, pero la situación está, sin duda, mejorando a un ritmo constante.
¿Y qué problemas enfrentan para lograr soluciones habitacionales a largo plazo?
El principal obstáculo para la vivienda a largo plazo son los derechos a la tierra, ya que la mayoría de la gente no tenía una prueba escrita de la propiedad de la tierra, incluso antes del terremoto. Así, la amenaza de los desalojos forzados se cierne para los miembros de esta población residual que viven en terrenos privados. Mientras que los propietarios de tierras tienen derecho a reclamar su propiedad, el desalojo forzado sin alternativas es inaceptable. Es responsabilidad de las autoridades haitianas impedir el desplazamiento forzado, de acuerdo con los Principios Rectores sobre los Desplazamientos Internos. A quienes se quiere reubicar se les debe dar aviso previo, las opciones relativas a la relocalización, y apoyo durante el proceso de reubicación. Estamos trabajando con el gobierno y las comunidades en los sitios bajo la amenaza de reubicación forzada para negociar acuerdos y facilitar las negociaciones con los propietarios. Lo más importante, la ONU y la comunidad humanitaria están apoyando al gobierno de Haití en el esclarecimiento de los criterios de elegibilidad para los programas de reubicación y la definición de los procedimientos de operación en caso de desalojos legales.
Y en materia sanitaria y educacional, ¿cuáles han sido los principales logros?
La pobreza extrema se ha reducido, es del 24% (2012), la que tiene un impacto en la salud de las personas. La mortalidad infantil ha disminuido un 44% desde 1990, más rápido que la tendencia mundial. El país ha alcanzado tres años antes la meta de reducir a la mitad el bajo peso en los niños menores de cinco años. En 2010, el 90% de las mujeres tenía al menos una visita prenatal durante el embarazo. La epidemia de VIH/SIDA se estabilizó, con un 0,9% de prevalencia entre la población de 15-24 años. Haití ha casi alcanzado el objetivo de garantizar el acceso al agua en el 72,7%, con un 64,8% de los hogares con acceso ahora a una fuente mejorada de agua potable. El progreso más notable se refiere a la educación, con una tasa neta de matrícula del 88% desde el año 2011. Del mismo modo, se ha alcanzado la paridad entre niños y niñas en los niveles de educación primaria y secundaria. Sin embargo, algunas áreas han caído en un largo retraso.
En ese sentido, ¿cuáles son los principales desafíos?
En el área de la sustentabilidad del medio ambiente, los esfuerzos para luchar contra la deforestación y la pérdida de biodiversidad no han sido suficientes para revertir la tendencia. Sólo el 26% de los haitianos tiene acceso a una estructura sanitaria mejorada (34% en las zonas urbanas y 17% en las zonas rurales) y el 40% de los haitianos hace sus necesidades al aire libre.