"Estoy tranquilo, cumpliendo mi deber", dijo ayer el nuncio apostólico, Ivo Scapolo, tras la ceremonia de inauguración del año judicial eclesiástico 2015, de la diócesis de Santiago, efectuada en un salón junto a la Catedral Metropolitana (ver recuadro).
A este acto, encabezado por el cardenal Ricardo Ezzati, Scapolo asistió en su calidad de delegado del Papa Francisco. Y, por primera vez, se refirió a la designación de Juan Barros como obispo de Osorno, quien fue acusado por los denunciantes del sacerdote Karadima de ser "encubridor" del ex párroco de El Bosque.
"Lo que yo he podido constatar, estando allí, es que la gran mayoría de los que estaban en la iglesia tenían globos blancos. Era gente que ama a su obispo, que es un enviado del Santo Padre. Y había una minoría que, con mucho ruido, le faltaba el respeto a la mayoría, a la eucaristía, a los obispos y al lugar", manifestó, en referencia a los incidentes del sábado pasado, en la Catedral de Osorno, en la toma de posesión canónica de Barros.
Scapolo agregó que "se violó el derecho de libertad de culto. Una persona puede tener posturas diferentes, pero no faltar el respeto. No es agradable una situación como esa".
Respecto de alguna autocrítica por lo ocurrido, sostuvo que "todo lo que se ha dicho está en la carta que diputados entregaron a la nunciatura, y yo se la he entregado al Santo Padre. Se lo he transmitido todo. No se le ha escondido nada a la Santa Sede. Tenemos que aceptar la decisión y el Santo Padre ha confirmado el nombramiento. Hay que evitar que pasen cosas como ésta. Este es el nuevo obispo (Juan Barros), lo aceptamos y lo acompañamos".
Sobre las críticas al nuevo prelado surgidas interior de la Iglesia, como la de Alex Vigueras, superior de la Congregación de SS.CC., quien pidió que Barros renunciara, el nuncio dijo que "él también tiene que dar un ejemplo de obediencia (...) puede decir su preocupación, pero, al final, cuando al Papa toma un decisión, debe asumir con espíritu de fe". Además, consideró que las críticas que producto de este episodio han apuntado a los cardenales Ezzati y Errázuriz, son "injustas".
Caso de sacerdotes
En octubre de 2014, La Tercera dio a conocer que, tras una petición de la nunciatura, el Vaticano estaba examinando las declaraciones de tres sacerdotes, en relación a temas valóricos y doctrinales. Se trataba de los presbíteros Felipe Berríos, Mariano Puga y José Aldunate. Consultado Scapolo sobre su responsabilidad en este episodio, manifestó que él acompaña a los obispos.
"Si hay sacerdotes o laicos que dicen cosas que confunden al pueblo de Dios, los obispos tienen el deber de intervenir y, eventualmente, de aplicar penas. El nuncio no tiene esa facultad, pero sí de ayudar y aconsejar a un obispo, para defender el bien de la comunidad cristiana, que tiene todo el derecho de no ser objeto de declaraciones contra la sagrada doctrina de las normas morales de la Iglesia".
Añadió que "yo he hecho mi trabajo. El resto de las informaciones son competencia de los obispos y superiores. Más no puedo decir (...) lo que he hecho es ayudar a los obispos a cumplir con su deber. Si hay un escándalo, el obispo tiene el deber de intervenir, para que un sacerdote no dé escándalo con sus afirmaciones".b