El presidente estadounidense Barack Obama dijo el viernes que ordenó cambios en la recolección masiva de datos telefónicos, los que pondrán fin al programa de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) "tal como se conoce", al tiempo que prometió más transparencia y más privacidad de los ciudadanos.
En un discurso en el departamento de Justicia, Obama también negó que los agentes de inteligencia hayan cometido intencionalmente abusos contra la intimidad de los ciudadanos.
Además, afirmó que dejó "claro a nuestra comunidad de inteligencia que, a no ser que haya un importante motivo de seguridad nacional, no se vigilarán las comunicaciones de jefes de estado y gobierno amigos y aliados cercanos".
"Si quiero saber lo que piensan nuestros aliados, los llamaré por teléfono y les preguntaré, en lugar de vigilarlos", apuntó.
"Estoy ordenando una transición que terminará" con el programa "tal como existe actualmente", así como "establecer un mecanismo que preserve las capacidades que tenemos" sin que el Gobierno "tenga el control de esos registros telefónicos", anunció Obama en un discurso en el Departamento de Justicia en Washington.
Según Obama, ese programa de la NSA, revelado por Edward Snowden en junio pasado, debe continuar pero tiene que ser reformado, por lo que el secretario de Justicia, Eric Holder, y las agencias de inteligencia se encargarán de proponer los cambios necesarios hasta finales de marzo en consultas con el Congreso.
Un panel independiente de expertos recomendó en diciembre pasado a la Casa Blanca dar la custodia de esos millones de registros telefónicos a las empresas de telecomunicaciones, pero hoy Obama se mostró reacio a apoyar esa idea y las propias empresas no son partidarias.
Este programa de la NSA "no implica el contenido de las llamadas telefónicas o los nombres de las personas que hacen las llamadas", enfatizó el presidente al defender la necesidad de esa herramienta, adoptada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
No obstante, durante este periodo de "transición", que se prolongará hasta el 28 de marzo, la fecha en la que el programa debe ser reautorizado por el Congreso, sus datos "solamente se podrán consultar después de una decisión judicial" de la corte especial de carácter muy reservado, conocida como FISA, o "en una emergencia real", según ordenó hoy Obama.
La comunidad de inteligencia, incluida la NSA, "sigue constantemente los protocolos diseñados para proteger la privacidad de las personas" y sus miembros "no están abusando de su autoridad con el fin de escuchar sus llamadas telefónicas o leer sus correos electrónicos", defendió el mandatario.
Obama anunció también que el Departamento de Estado designará a un alto funcionario para coordinar la diplomacia "en cuestiones relacionadas con la tecnología y la inteligencia", y que él nombrará a una persona en la Casa Blanca para poner en práctica "nuevas garantías de privacidad".
Por otro lado criticó las revelaciónes del ex contratista de la NSA, Edward Snowden, advirtiendo que tardarán años para saber cómo perjudicaron la seguridad nacional.
"Si cualquier individuo que tenga objeciones sobre la política del gobierno puede tomar y publicar información clasificada, entonces jamás seremos capaces de mantener la seguridad de nuestra gente o tener una política exterior".
En opinión de Obama, la "forma espectacular" en la que se hicieron las revelaciones hizo que la información sobre la inteligencia fuese accesible a los enemigos de Estados Unidos, lo que podría tener implicaciones durante mucho tiempo.
"Los servicios de Inteligencia no pueden funcionar sin secretos (...) Nuestra defensa depende del compromiso de nuestros agentes", dijo Obama.
Obama subrayó que los "servicios de Inteligencia de otros países ingresan en las redes" de Estados Unidos.