El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó hoy que apoya "con entusiasmo" el crecimiento económico de Brasil y expresó la voluntad de su país de convertirse en "un gran cliente" de sus fuentes de energía.
Obama hablaba así en una declaración conjunta con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, con quien hoy se reunió en el palacio de Planalto, en la primera jornada de una gira por América Latina de la que Brasil es la primera etapa.
Los dos mandatarios abordaron durante su encuentro asuntos como las aspiraciones de Brasil a lograr un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, la cooperación energética y las oportunidades para expandir la relación comercial.
En su declaración, Obama señaló que Brasil es un país "líder global y regional" y un ejemplo para el mundo, con el que EEUU mantiene importantes lazos diplomáticos, económicos y culturales.
Su visita, agregó, representa "una oportunidad histórica para lograr una cooperación aún mayor durante décadas".
En concreto, aludió a la relación comercial, "una de las mayores que tenemos", pero aun así, "hay mucho más que podemos hacer".
Así, Obama mencionó en particular la colaboración para la construcción de infraestructuras, en particular las previstas para la celebración de las Olimpiadas y el Mundial de Fútbol de 2014.
Pero también se refirió a las reservas de petróleo de Brasil, que podrían comenzar a explotarse en el plazo de cinco años y que se calculan entre los 30.000 y los 80.000 millones de barriles.
Estados Unidos, declaró, quiere ser "un gran cliente de sus fuentes de energía", algo que, a su juicio, "permitirá beneficiarse a los dos países".
Washington busca suministradores seguros de petróleo, a la luz de la inestabilidad en Oriente Medio.
El presidente estadounidense no hizo mención de la gran aspiración con las que Brasil llegaba a la reunión: el respaldo de EE.UU. a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU para este país.