Washington está jugando sus cartas para que la VII Cumbre de las Américas, en Panamá, esté marcada por el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos y no por el enfrentamiento entre la administración Obama y el gobierno venezolano de Nicolás Maduro. Las primeras señales vinieron de dos funcionarios norteamericanos que el martes declararon que Venezuela no es una amenaza para la seguridad estadounidense, pese a la orden ejecutiva de Barack Obama con que se aprobaron sanciones contra siete funcionarios chavistas el pasado 9 de marzo.
Pero la muestra más contundente fue la llegada a Caracas del alto consejero del Departamento de Estado, Thomas Shannon. "El gobierno venezolano invitó recientemente al gobierno estadounidense a enviar a un funcionario de alto rango a Caracas para reunirse con el Presidente (Nicolás) Maduro antes de la Cumbre de las Américas", dijo la portavoz del Departamento de Estado Marie Harf. La reunión con Maduro se debía producir ayer, ya que hoy Shannon regresará a Washington.
Fue el secretario de Estado, John Kerry, quien le pidió a Shannon que viajara a Venezuela para reunirse con Maduro, con el fin de rebajar las crecientes tensiones entre los dos países.
En la tarde de ayer la cancillería venezolana emitió un comunicado donde señaló que la ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, se reunió con Shannon, quien trajo "un mensaje" del gobierno estadounidense. Rodríguez ratificó la exigencia de que sea derogada la orden ejecutiva de Obama.
Antes de conocerse el viaje de Shannon a Caracas, el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, en una conferencia telefónica con los periodistas para dar detalles del viaje de Obama a Jamaica y Panamá, dijo que "EE.UU. no cree que Venezuela represente una amenaza a nuestra seguridad nacional". Así, Rhodes explicó que el uso del término "amenaza" forma parte del lenguaje establecido para formular el tipo de órdenes ejecutivas como la emitida por Obama con sanciones a funcionarios venezolanos a los que EE.UU. considera responsables de violaciones de los derechos humanos.
El principal asesor de Obama para Latinoamérica, Ricardo Zúñiga, enfatizó también que la orden presidencial se refiere a la "situación", no a Venezuela, como un riesgo para la seguridad estadounidense. "No negamos que el lenguaje del texto creó cierta confusión a nuestros socios" en la región, se justificó después Zúñiga. Aclaraciones que llegan un mes después de la medida adoptada por la Casa Blanca.
La noche del martes, el Presidente venezolano, durante su programa de radio y televisión "En Contacto con Maduro", dio por recibido el mensaje de Washington: "Yo saludo estas declaraciones que han sido emitidas por dos asesores del Presidente Obama". "Hoy ha habido declaraciones muy interesantes de Ben Rhodes, mi amigo Ben Rhodes, camarada Ben Rhodes (...). Ha habido declaraciones interesantes del otro asesor, Roberto Zúñiga (...), también asesor de Barack Obama. Claro que estamos interesados en la amistad con respeto", afirmó Maduro.