El presidente Barack Obama siguió presionando el sábado al Congreso estadounidense para terminar con las exenciones tributarias a compañías de gas y petróleo, señalando que obtienen grandes utilidades, mientras busca limitar el impacto político por el alza en el precio de la gasolina.
Con la irritación pública por el costo del combustible perjudicando la popularidad de Obama en plena campaña por la reelección en 2012, el presidente reiteró su llamado a revertir los US$4.000 millones en "subsidios tributarios" en momentos de ajuste presupuestario en Washington.
Pero los republicanos de la oposición siguieron adelante con sus esfuerzos por culpar al mandatario por el aumento en los precios de la gasolina, que está desangrando las billeteras de los estadounidenses, mientras el índice de desempleo permanece alto y la recuperación aún es frágil.
"Cuando las compañías de petróleo obtienen grandes utilidades y ustedes sufren para comprar gasolina, y nosotros buscamos cortar gastos del presupuesto que no nos podemos permitir, las exenciones de impuestos no son correctas", dijo Obama en su discurso semanal por radio e internet.
"Estas exenciones no son alto inteligente, y debemos terminarlas", indicó.
GRANDES UTILIDADES
Esta semana, las compañías petroleras divulgaron un importante aumento de utilidades en el primer trimestre del año, con los precios del crudo por sobre los US$100 el barril por los disturbios en Oriente Medio y la creciente demanda global de energía.
A la cabeza, Exxon Mobil, la compañía con mayor valor mundial en cotizar en la bolsa, superó las previsiones de analistas al divulgar un aumento del 65% en ganancias a US$10.650 millones, su mayor utilidad desde el tercer trimestre de 2008.
Obama insistió en que seguía comprometido con la "producción segura y responsable de crudo aquí en casa", pero dijo que el dinero de subsidios impositivos a la industria energética debería ser mejor invertido para desarrollar fuentes energéticas renovables.