Barack Obama y Raúl Castro dejaron atrás uno de los capítulos más duros de la Guerra Fría, con la primera reunión entre presidentes de Estados Unidos y Cuba en más de cincuenta años. El histórico encuentro se concretó ayer a las 14.45 hora local (16.45 hora de Chile) en una pequeña sala de reuniones acondicionada en el centro de convenciones Atlapa, en el marco de la VII Cumbre de Las Américas realizada en Panamá, que estaba decorada de forma muy simple, con una pequeña mesa de centro con flores blancas.
Y en lo que parece ser una de las Cumbres más importantes de los últimos años, Obama acogió el llamado que le hizo el Presidente de Venezuela en la sesión plenaria y sostuvieron un encuentro privado (ver nota secundaria).
"Ahora estamos en condiciones de avanzar en el camino hacia el futuro", dijo Obama, que puso como prioridad en el proceso de normalización de las relaciones, la apertura de embajadas en La Habana y en Washington. Los dos países interrumpieron las relaciones diplomáticas en 1961. "Obviamente hay profundas diferencias entre ambos gobiernos. Hablaremos sobre nuestras preocupaciones sobre democracia y derechos humanos; y ellos también hablarán de sus preocupaciones con respecto a la política estadounidense", agregó Obama.
Por su parte, Castro dijo coincidir con las declaraciones de Obama, añadiendo además que, a su juicio, todos los temas pueden ser abordados entre ambos países en un marco de respeto.
"No hay que hacerse ilusiones, tenemos muchas diferencias. La historia de nuestros países es complicada, pero estamos dispuestos a avanzar en la amistad de nuestros pueblos", matizó el mandatario cubano.
Horas antes del primer encuentro oficial entre los Presidentes de Cuba y Estados Unidos se había registrado un nuevo capítulo en el inicio de las relaciones entre ambos países: los históricos discursos de Obama y Castro en el plenario de la Cumbre.
El primero en intervenir fue el mandatario norteamericano, quien inició sus palabras celebrando la decisión de acercar posiciones tras cincuenta años de distanciamiento. "El hecho que el Presidente Castro y yo estemos sentados aquí es un momento histórico", aseguró Obama, ubicado a pocos metros de su homólogo cubano, quien siguió con atención su discurso.
Tras esto, el Presidente de Estados Unidos reforzó la decisión de su país de establecer relaciones diplomáticas con Cuba e informó que ya le había solicitado al Congreso de su país que comience a trabajar para levantar el embargo vigente durante décadas. "Tampoco es secreto que con el Presidente Castro -y él estará de acuerdo- tenemos diferencias significativas entre nuestros dos países", reconoció Obama. Sin embargo agregó: "Los Estados Unidos miran hacia el futuro. Nosotros no queremos estar atrapados en la ideología, por lo menos yo no lo estoy. Me interesa el progreso y me interesan los resultados".
Sólo segundos después de finalizada la intervención del Presidente norteamericano, fue el turno de Castro, quien sonriente inició su discurso: "Ya era hora de que yo hablara aquí a nombre de Cuba", dijo entre medio del aplauso cerrado de todos los presentes. Junto a esto, el mandatario cubano adelantó que había solicitado extender su intervención por más del tiempo acordado para cada Presidente. "Hablaré más de ocho minutos por lo que me deben de las seis cumbres en las que me excluyeron", aseguró.
La exposición de Castro finalmente se extendió por más de 49 minutos. En su alocución, el Presidente repasó con tono firme el detalle de la relación de Cuba con Estados Unidos, país que sindicó como el responsable de más de 50 años de agravios.
Sin embargo, en este punto -y ante la sorpresa de los presentes- Castro declaró: "Pido disculpas al Presidente Obama y a otros por expresarme así, yo mismo le dije que la pasión se me sale por los poros cuando de la revolución se trata. Le pido disculpas porque el Presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad en nada de esto, como los diez (Presidentes) anteriores. Todos tienen deudas con nosotros menos el Presidente Obama", aseguró.
Sus elogios al Mandatario estadounidense no quedaron ahí: "En mi opinión, el Presidente Obama es un hombre honesto. Admiro su origen humilde y creo que su forma de ser obedece a ese origen humilde".
Los analistas concuerdan que desde el 17 de diciembre pasado, día en que se anunció el restablecimiento de las relaciones entre La Habana y Washington, se han realizado avances sostenidos. Las negociadoras, Roberta Jacobson de Estados Unidos y Josefina Vidal de Cuba, se han reunido tres veces, dos de ellas en La Habana. Altos funcionarios de los dos países han dialogado sobre Derechos Humanos.