El Presidente Barack Obama descartó de manera tajante que la oposición de Rusia al sistema antimisiles en Europa haya influido en su decisión de abandonar el plan, alegando que si los gobernantes rusos están "un poco menos paranoicos" con respecto a Estados Unidos, será "simplemente un beneficio adicional".

"Mi trabajo aquí no era negociar con los rusos", dijo Obama a la cadena CBS. "Los rusos no determinan nuestra posición de defensa".

Se trata de las primeras declaraciones sobre el tema por parte del presidente desde que el jueves anunció que echaría por tierra los planes de instalar 10 interceptores de misiles en Polonia y un radar en la República Checa, un sistema propuesto durante la presidencia de George W. Bush.

Rusia se había opuesto a esos planes, al considerar que se trataban de una amenaza a su seguridad a pesar de que el gobierno estadounidense le ofreció promesas de lo contrario durante años.

En lugar del sistema de defensa, se implementará otro plan de defensa antimisiles que dependerá de una red de sensores e interceptores que monitorearán por mar, tierra y aire. Obama ha dicho que esta propuesta es mejor para defenderse ante la amenaza de que Irán lance misiles en contra de soldados estadounidenses o a sus aliados en Europa.

Sin embargo, la decisión de Obama generó cuestionamientos de inmediato dentro y fuera de Estados Unidos, según los cuales el cambio de postura buscaría ganar el apoyo de Rusia en otras áreas, en especial para ejercer presión sobre el programa nuclear iraní. Esa idea ganó fuerza cuando Moscú alabó la decisión estadounidense.

Rusia dijo el sábado que desechará un plan que tenía para desplegar misiles cerca de Polonia.

El subsecretario de Defensa de Rusia, Vladimir Popovkin, señaló que la decisión de Obama hace que sea innecesario contar con misiles de corto alcance en la zona.