El presidente estadounidense, Barack  Obama, declaró el estado de desastre en el territorio de Samoa.

Obama ordenó a las agencias federales el envío inmediato de  los recursos necesarios "para los socorros y para las obras de   reconstrucción".

El archipiélago en el Pacífico fue azotado por un terremoto de al menos 7,9 grados de magnitud y que provocó la formación de un tsunami.

El sismo causó olas de hasta de tres metros en diferentes zonas de la región, donde de momento, la isla más afectada es la de Upolu, en Samoa Occidental, según fuentes policiales samoanas citadas por Radio Nueva Zelanda.

El Centro de Gestión de Desastres del Estado de Samoa estima que cerca de 100 personas murieron y centenares de casas quedaron destruidas o dañadas en Samoa y otras islas del Pacífico