El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió hoy que su gobierno va a "cobrar cada centavo" otorgado a los grandes bancos con el paquete de rescate de US$700.000 millones, y aseguró que, de paso, actuará contra las prácticas que llevaron a la crisis financiera.
"Mientras trabajamos incansablemente para salir de este hoyo", dijo Obama en referencia a la recesión que siguió a la debacle financiera, "es importante que abordemos lo que nos llevó a una crisis tan profunda para comenzar".
"Gran parte de los problemas de esta recesión fueron causados por la irresponsabilidad de los bancos e instituciones financieras de Wall Street", afirmó el presidente durante su habitual mensaje radial y en video de los sábados.
Las firmas financieras, continuó, "asumieron riesgos enormes e imprudentes en busca de beneficios a corto plazo y bonificaciones en aumento, apostaron con dinero prestado, sin suficiente supervisión ni consideración a las consecuencias, y cuando perdieron, perdieron en grande".
Si bien criticó duramente a los bancos, el presidente defendió la implementación del paquete de asistencia para activos problemáticos, conocido por su sigla en ingle's, TARP. Obama recordó que fue lanzado hace poco más de un año "por el gobierno anterior", encabezado por George W. Bush.
Si bien no recordó que el paquete fue lanzado con la aprobación de su equipo de transición cuando Obama ya era el mandatario electo, el presidente dijo que el TARP "fue algo desagradable, pero necesario".
"Hace poco más de un año -rememoró-, muchas de las principales y más antiguas firmas financieras del mundo estaban a punto de colapsar, abrumadas por las consecuencias de sus irresponsables decisiones".
Cuando se decidió montar el operativo de rescate, "muchos temían originalmente que se perdería gran parte de los US$700.000 millones en fondos del TARP", dijo Obama. "Pero cuando mi gobierno se inició, pusimos en vigor normas rigorosas de responsabilidad y transparencia que redujeron considerablemente el costo del plan de rescate", aseguró.
El presidente destacó que ya se ha "recuperado gran parte del dinero proporcionado a los bancos", lo que consideró "una buena noticia".
"Pero en lo que a mí respecta, no es suficiente -indicó el presidente-. Queremos que se devuelva el dinero de los contribuyentes y vamos a cobrar cada centavo", advirtió.
Obama explicó a sus compatriotas que, con ese objetivo, esta semana su gobierno propuso "una nueva cuota para las principales firmas financieras a fin de compensar al pueblo estadounidense por la extraordinaria ayuda que le prestó al sector financiero".
Se trata de una cuota que las financieras deberán pagar "hasta que se reembolse a los contribuyentes estadounidenses por completo" y que afectará "solamente las más grandes firmas financieras con más de US$50.000 millones en activos".
El presidente denunció a aquellos que "ahora, puntuales como un reloj" están "tratando de evitar que esta cuota se ponga en vigor", y los presentó como "los bancos" y los "políticos que buscan sus favores".
"Las mismas firmas que vienen acumulando miles de millones de dólares en ganancias, y según informes, repartiendo más dinero en bonificaciones y compensación que nunca antes en la historia, ahora se dicen pobres", indicó.
"No vamos a permitir que Wall Street se vaya corriendo con el dinero" y "vamos a promulgar esta cuota", aseguró. El presidente se comprometió, finalmente, a "seguir trabajando con el Congreso para aprobar reformas financieras" que sirvan "para proteger al pueblo y la economía del tipo de crisis, tan dolorosa y cara, que acabamos de experimentar".