Como testimonio de una de las más singulares y fructíferas alianzas de la historia política de Estados Unidos, Barack Obama y Hillary Clinton comparecieron juntos en una entrevista en televisión que, por un lado, nos retrotrae a su dura rivalidad de 2008 y, por el otro, nos desplaza hasta 2016, cuando uno podría dejar la Presidencia en manos de la otra.
Que un presidente norteamericano comparta los focos con cualquiera, mucho más con uno de sus subordinados, es un hecho en sí mismo excepcional. Obama nunca ha aparecido en la televisión estadounidense con nadie que no sea su esposa, Michelle. Es, por tanto, extraordinariamente relevante y significativa la entrevista por sí misma: un visible y rotundo respaldo del presidente a la que ha sido su secretaria de Estado durante los últimos cuatro años y con la que se cuenta como probable candidata a la Presidencia dentro de otros cuatro.
La entrevista, grabada el viernes, fue transmitida el domingo en el programa 60 Minutes, de la cadena CBS, el programa informativo más visto y con más prestigio de la historia de la televisión norteamericana. Obviamente, la primera curiosidad del periodista, Steve Kroft, es saber por qué han querido aparecer juntos. "Solo quería", contesta Obama, "tener una oportunidad de decir públicamente gracias, porque creo que Hillary quedará como una de las mejores secretarias de Estado que hemos tenido. La voy a echar de menos".
"No puedo echarle en cara que quiera tomarse un pequeño descanso", añade, "pero quiero que el país aprecie el papel extraordinario que ha tenido en mi administración. Gran parte de los éxitos que hemos tenido internacionalmente se deben a su incansable labor".
Clinton, por su parte, reconoce que esta entrevista conjunta hubiera sido impensable hace cuatro años y que, efectivamente, ambos fueron rivales en el pasado. Sin embargo, añade: "En la política y en democracia unas veces se ganan elecciones y otras se pierden. Yo trabajé mucho y perdí. Y después, el Presidente Obama me pidió ser su secretaria de Estado y dije sí. ¿Por qué dije sí?, porque ambos queremos a nuestro país".
"Yo ya era admirador de Hillary desde antes de las elecciones", admitió Obama, destacando la disciplina, la energía y la clarividencia de su secretaria de Estado. "Tiene un talento extraordinario y además ya era una figura internacional. En un momento de incertidumbre con respecto a cómo íbamos a reiniciar nuestras relaciones en el exterior, pensé que era importante tener a alguien que pudiera servir como una gran embajadora, sin tener que ganarse los galones desde el primer día".
"Si yo hubiera ganado", añadió Clinton, "habría querido desesperadamente que él estuviera en mi equipo. Así que si hubiera deseado que él me dijera que sí, ¿cómo iba a justificar yo decirle que no?".
Esa colaboración funcionó a la perfección. Hillary Clinton ganó talla mundial y rubricó sus excelentes condiciones para la política sin restar ni un ápice de protagonismo al presidente. Barack Obama le entregó a su antigua contrincante el puesto más deseado de su gobierno y la dejó brillar sin perder ni un gramo de autoridad. El resultado fue la reconquista de gran parte del prestigio perdido por EE.UU. durante la anterior administración
Como sea, la entrevista tiene con CBS un mayor valor dentro de la política doméstica. Hillary Clinton no se ha pronunciado aún al respecto, y tampoco lo hace en esta conversación, pero se da por hecho que sopesa sus opciones de volver a ser candidata presidencial.