Obama firma acuerdo militar con Filipinas y desafía a China

El pacto se da justo en medio de una tensión por la disputa territorial entre Manila y Beijing.




Fueron colonia de España y Estados Unidos, con sendas guerras de por medio. También Filipinas enfrentó una invasión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y recién en 1946 Washington le otorgó la independencia. Tras ese conflicto, el archipiélago asiático -actualmente habitado por 100 millones de personas- se transformó en el lugar de mayor concentración de fuerzas militares norteamericanas fuera de Estados Unidos, hasta que sus dos bases ocupadas por la Séptima Flota debieron cerrarse a comienzos de los 90. La historia de ambos países volvió a unirse ayer, luego de que Washington y Manila firmaran un acuerdo estratégico para estrechar sus lazos militares y económicos.

En la última escala de su gira asiática, Barack Obama aterrizó ayer en Manila y apenas llegó se apresuró en señalar que el pacto con Filipinas no busca contener la influencia de China en la región. El gobierno filipino mantiene una tensa disputa con Beijing por varios islotes ubicados en el Mar de China Meridional. En esa zona se presume que hay reservas de gas y petróleo. "Nuestro objetivo no es contener a China. Quiero que quede claro que Estados Unidos no quiere recuperar bases antiguas ni construir bases nuevas. Rotaremos por las instalaciones del Ejército filipino", aclaró Obama.

El acuerdo, que se extenderá por 10 años, significará una mayor presencia militar de Estados Unidos en la región. Washington podrá construir también nuevas instalaciones al interior de bases locales y trasladar al archipiélago aviones, barcos y equipamiento. A fines de marzo, la disputa territorial con China se intensificó después de que Manila recurriera al Tribunal Internacional del Derecho del Mar a modo de arbitraje independiente, algo a lo que Beijing se niega. En medio de esta tensión, Obama manifestó su apoyo a Filipinas para una resolución pacífica de la disputa.

ISLAS EN DISPUTA

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos envió a cientos de soldados al sur de Filipinas para operaciones antiterroristas contra milicianos musulmanes. Ello, "pese a que la relación (entre ambos países) se ha vuelto muy compleja por un fuerte sentimiento antiestadounidense arraigado en los más de 40 años de ocupación", señaló la agencia alemana Dpa. "El acuerdo tiene que ver con China. Es una poderosa señal a Beijing", afirmó el columnista y corresponsal de la BBC Jonathan Marcus.

En el inicio de su gira asiática, que también incluyó visitas a Japón, Corea del Sur y Malasia, Obama insistió en que las pequeñas naciones no deben sentirse intimidadas por las grandes, en clara referencia a las disputas territoriales que algunos países mantienen con China. Tal es el caso de las islas Senkaku/Diaiyu reclamadas por Tokio y Beijing, o un islote disputado por Seúl y China, o unas islas por las que se enfrentan Tokio y Seúl. Según The Washington Post, el periplo de Obama precisamente ha estado marcado por la sombra de China, ya que el viaje ha sido analizado como un intento de Washington por contener la influencia del "gigante asiático".

Además, el presidente estadounidense sufrió un duro tropiezo debido a que fracasó en su intento por sacar adelante el dilatado Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica con Japón.

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