Barack Obama, llamará hoy al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para informarle de primera mano sobre el acuerdo preliminar alcanzado por las potencias del G5+1 con Irán sobre su programa nuclear.
"No es ningún secreto que el primer ministro israelí y yo no estamos de acuerdo en si Estados Unidos debería seguir adelante con una solución pacífica a la cuestión iraní. Si, de hecho, el primer ministro Netanyahu está buscando la manera más eficaz de garantizar que Irán no consiga un arma nuclear, esta es la mejor opción", aseguró el mandatario desde la Casa Blanca.
Obama se dirigió a los medios apenas unos minutos después de que las seis potencias e Irán limaran sus diferencias para lograr un acuerdo preliminar sobre el desarrollo de su programa nuclear y anunció que llamará a lo largo del día de hoy al propio Netanyahu para dialogar sobre el asunto.
"Voy a hablar con el primer ministro hoy para dejar claro que no debe haber ninguna duda cuando se trata de nuestro apoyo a la seguridad de Israel y nuestras preocupaciones sobre las políticas desestabilizadoras de Irán y las amenazas hacia Israel", aseguró el presidente.
Obama explicó que ha solicitado a su equipo de seguridad nacional que mantenga consultas "estrechas" con el nuevo gobierno de Israel sobre cómo fortalecer la cooperación entre ambos en materia de seguridad a largo plazo y dejar claro "el compromiso inquebrantable" de Estados Unidos con la defensa de Israel.
Asimismo, detalló haber dialogado con el rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz, a quien también reiteró el compromiso estadounidense con la seguridad de sus socios en el Golfo Pérsico.
"Voy a invitar a los líderes de los seis países que integran el Consejo de Cooperación del Golfo: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán, Qatar y Bahrein, a un encuentro en Camp David esta primavera para discutir cómo podemos fortalecer nuestra cooperación en seguridad y resolver los múltiples conflictos que han causado tanta miseria e inestabilidad en todo Oriente Medio", dijo.
El presidente también recordó que el Congreso de Estados Unidos juega un papel fundamental en el proceso y agradeció su aportación con la aprobación de sanciones contra Irán que, según apuntó, "no acabaron con su programa nuclear", pero "les obligó a sentarse en la mesa de diálogo".
"En los próximos días y semanas, mi Gobierno se comprometerá con el Congreso una vez más sobre cómo puede desempeñar un papel de supervisión constructiva. Voy a empezar ese esfuerzo hablando con los líderes de la Cámara y el Senado hoy mismo", aseguró.
"Si el Congreso mata este acuerdo y no se basa en un análisis de expertos, sin ofrecer ninguna alternativa razonable, entonces Estados Unidos será culpado por el fracaso de su diplomacia. La unidad internacional se derrumbará y el camino hacia el conflicto se hará más grande", dijo.
El Legislativo estadounidense ha sido uno de los mayores escollos para la Administración Obama respecto a las conversaciones con Irán, ya que una gran parte de los congresistas se mostraban reticentes a levantar las sanciones y, de hecho, buscan aprobar otras nuevas que podrían poner en peligro el acuerdo final que se espera para junio.