El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se presentó ayer sin anuncio previo en un centro comunal en el noreste de Washington para leer pasajes del libro navideño "El expreso polar" a unos 27 niños y niñas, según anunciaron medios estadounidenses.
Durante el evento contó que leyó junto con su hija mayor, Malia, toda la saga de "Harry Potter". Además de la lectura, Barack Obama deleitó a los niños con una canasta con galletas con formas de abetos y otras típicas navideñas.
En la visita que duró unos 20 minutos, Obama también preguntó a su audiencia -formada por niños de entre seis y once años- qué deseaba para Navidad. El presidente se mostró sorprendido por los deseos de iPodes, teléfonos celulares o videojuegos. "¿Por qué ya nadie quiere una bicicleta?", preguntó Obama. "Cualquiera tiene una bicicleta", fue la respuesta de los niños.
El presidente les recordó a los niños que la Navidad no se trata sólo de regalos. Un niño de siete años le prometió a Obama dejarlo ganar cuando vayan a jugar un partido de fútbol.
Los niños no querían dejar ir a un visitante tan importante: lo tomaban del brazo y le pedían un poco más de tiempo. El presidente entonces se disculpó ante una niña "me tengo que ir, todavía me queda trabajo por hacer".