El Presidente de EE.UU., Barack Obama, advirtió hoy en Charlotte, Carolina del Norte, que los demócratas van a tener que trabajar bien "duro" en los dos meses de carrera electoral que quedan porque la diferencia con su rival Mitt Romney es "muy ajustada" como para bajar la guardia.

"Vamos a tener que trabajar realmente duro estos dos meses", dijo Obama durante una teleconferencia con delegados y seguidores demócratas horas antes del fin, este jueves, de su convención partidaria con su propio discurso de aceptación de la nominación para intentar mantenerse en la Casa Blanca cuatro años más.

El mandatario dijo esperar que la convención cumpla el objetivo de "mostrar nuestra visión para el país" y, a la par, ejerza de "claro contraste a lo que la gente vio en Tampa", en referencia a la convención republicana concluida una semana atrás en la ciudad floridana.

Asimismo, se mostró convencido de que los tres días de encuentro en Charlotte han demostrado que sigue habiendo "mucho entusiasmo ahí fuera".

"La cuestión en estas elecciones no va a ser el entusiasmo", rebatió en referencia a advertencias de analistas acerca de que Obama no ha logrado en esta carrera electoral despertar el mismo entusiasmo que provocó cuatro años atrás.

Con todo, el mandatario y desde la noche del miércoles oficialmente de nuevo candidato presidencial demócrata, enfatizó la necesidad de no bajar la guardia ante una carrera electoral que, como demuestran las encuestas, no está nada clara.

"Estas van a ser unas elecciones muy ajustadas y la otra parte se está preparando para desatar una oleada de anuncios negativos y acumular enormes cheques de donantes ricos", alertó. "Lo bueno es que yo los tengo a ustedes. Realmente necesito su ayuda, chicos", subrayó.

Obama habló hoy por teleconferencia emitida también vía online por su campaña con el objetivo de ponerse en contacto con aquellos delegados y seguidores demócratas que esta noche no podrán asistir a su discurso de aceptación de la nominación por el cambio de planes en Charlotte.

En vista de que las previsiones meteorológicas advertían de la posibilidad de fuertes tormentas, el equipo de campaña anunció la víspera su decisión de trasladar los actos de la última noche de convención del estadio Bank of America, con capacidad para hasta 65.000 personas, al mucho más pequeño Time Warner Cable Arena, donde caben unos 20.000 espectadores y donde se han estado celebrando todos los actos los últimos días.