Con un Mitt Romney tratando de llevar a Barack Obama al terreno económico, se desarrolló el tercer y último debate por las elecciones de Estados Unidos,  centrado en política exterior, donde el actual presidente mostró la experiencia que le han dado cuatro años como comandante en jefe de su país.

Durante la conversación, Obama le enrostró a Romney que cambiaba en sus puntos de vista en política exterior, sin dar un mensaje claro a sus aliados y a sus propias fuerzas armadas, mientras que él, "como comandante en jefe" aprendió que se deben dar señales claras.

Los 90 minutos estuvieron centrados sobre todo en Cercano Oriente y en las políticas de Obama respecto a Irán, Siria, Libia y otros países en el marco de la Liga Árabe. China y su papel entre "adversario y socio potencial", como lo definió Obama, también estuvo presente.

Romney por su parte afirmó que "las economías de América Latina no las hemos aprovechado" comparando su tamaño a China, y hablando de sus ventajas de idiomas y horario.

Ambos concordaron en que defenderán a Israel en caso de ser necesario, mientras que Romney, reconociendo que las sanciones a Irán son necesarias, reclamó que estas deben endurecerse y que si lo hubieran escuchado hace 5 años, la nación de medio oriente no estaría tan avanzada ahora para armase nuclearmente.

Europa, con la crisis económica que ambos candidatos reconocen puede afectar a Estados Unidos no recibió más que una mención somera cuando Romney repitió la amenaza que supone "seguir la ruta de Grecia".

Romney en su alocución final, dijo que se sentía optimista respecto al futuro, y que promovería el liderazgo del país, ofreciendo un mundo seguro y con una economía que se reactivará.

Afirmó que tras cuatro años la deuda del país es enorme, y que los ingresos han ido en bajada durante el gobierno de Obama, recordando los 23 millones de personas desempleadas en el país, ofreciendo la creación de 12 millones de empleos, destacando que una de sus grandes fortalezas es la capacidad de trabajar bien con republicanos y con los buenos demócratas.

Por su parte Obama terminó diciendo que el gobernador Romney quiere devolver al país a políticas equivocadas, que no crean puestos de trabajo ni reduce el déficit, con reglas diferentes para "los de arriba".

Afirmó que él tiene un plan para que las fuerzas de manufactura vuelvan a EE.UU. y se retengan los puestos de trabajo en el país.  "Quiero controlar nuestra propia energía con el petróleo" y con las energías del futuro, aseveró.

Agregó también que quiere pedir a los que tiene más ingresos para poder invertir para el futuro, y recalcó que como comandante en jefe mantendrá fuerte al país, pero que después de una década de guerras hay que construir dentro de las fronteras de Estados Unidos.

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