El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó una revisión de las políticas que se adoptan para responder al secuestro de ciudadanos estadounidenses en el extranjero, según confirmó hoy la Casa Blanca.
Obama ordenó a los organismos pertinentes, entre ellos los departamentos de Defensa y Estado, el FBI y la comunidad de inteligencia, "llevar a cabo una revisión exhaustiva de cómo el Gobierno de Estados Unidos se ocupa de estas cuestiones", indicó en un comunicado Alistar Baskey, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
La orden de Obama se produjo durante el pasado verano (en el hemisferio norte), pero se conoció ahora a raíz de una carta de la subsecretaria de Defensa, Christine Wormuth, al legislador republicano Duncan Hunter (California).
En esa carta, divulgada por el medio conservador The Daily Beast, Wormuth explica que la decisión de la revisión se produjo como resultado del "aumento" de los secuestros de estadounidenses en el extranjero y que su objetivo es añadir "soluciones innovadoras" a los esfuerzos que se realizan en este tipo de situaciones.
Los protocolos actuales del Gobierno estadounidense ante un secuestro rechazan la negociación con los terroristas, el pago de rescates y el canje de prisioneros.
La noticia de la revisión ha coincidido con la del asesinato del cooperante Peter Kassig, el tercer estadounidense decapitado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Kassig, que sirvió un año en el Ejército estadounidense en Irak en 2007, fue secuestrado en 2013 en Siria, cuando se disponía a distribuir un cargamento médico y de ayuda humanitaria.
En los últimos meses, los extremistas del EI han asesinado también a los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, y a los cooperantes británicos David Haines y Alan Henning, mientras que mantienen en cautividad al informador británico John Cantlie.
Los padres de Foley criticaron en su momento al Gobierno de Obama porque, a su juicio, no se hizo lo suficiente para tratar de rescatar a su hijo y pidieron adoptar un nuevo enfoque en la política de negociación con terroristas en casos de toma de rehenes.