El Presidente de EEUU, Barack Obama, regresa hoy a Washington tras sus vacaciones en Hawai con una agenda cargada para el nuevo año, que incluye una remodelación de su gobierno y la adaptación a un Congreso de mayor presencia republicana.
Tras diez días de descanso en su estado natal, Obama retomará la actividad desde el primer momento de su llegada, cuando tiene ya prevista una reunión con su secretario de Defensa, Robert Gates.
El miércoles verá cómo toma posesión el nuevo Congreso, en el que los republicanos tendrán la mayoría en la Cámara de Representantes y han anunciado que harán cuanto esté en su mano por cancelar algunos de los grandes logros legislativos del Presidente, como la reforma sanitaria.
Obama ha prometido que este año buscará tender puentes hacia la oposición, una táctica que en las últimas semanas de 2010 le permitió sacar adelante medidas como el nuevo tratado START de desarme nuclear con Rusia.
Entre las áreas donde la Casa Blanca prevé una posible colaboración se encuentra la educación, donde está pendiente renovar la ley "No Child Left Behind" (Que Ningún Niño Quede Atrás) aprobada durante el mandato de George W. Bush.
Podría también aprovechar la mayoría republicana para sacar adelante los tratados de libre comercio pendientes con Colombia y Panamá, atascados en el Congreso ante la oposición demócrata.
Pero la agenda legislativa del Presidente puede chocar con los republicanos en áreas como la reforma migratoria, que Obama prometió continuar intentando sacar adelante este año, en particular el proyecto de ley conocido como DREAM Act.
Esa medida abriría una vía para la legalización de los inmigrantes indocumentados jóvenes que continúen estudios universitarios o se enrolen en las Fuerzas Armadas.
Donde se esperan las batallas más duras, sin embargo, es en el área de las medidas contra el déficit presupuestario.
Aunque Obama asegura que quiere recortar este déficit, en torno a los 1,5 billones de dólares, también arguye que acometer medidas radicales en estos momentos pondría en peligro la incipiente recuperación económica.
En cambio, los republicanos, que basaron buena parte de su campaña electoral para los comicios legislativos del pasado noviembre en la austeridad fiscal, aseguran que acometerán medidas para reducir el déficit de inmediato.
Pero al tiempo que Obama y los republicanos buscan una fórmula para cohabitar o declararse la guerra, el Presidente tiene también muchas otras anotaciones en su agenda para las próximas semanas.
Si la semana que viene recibirá en la Casa Blanca al Presidente francés, Nicolas Sarkozy, dentro de quince días será el anfitrión de la visita de Estado del Presidente chino, Hu Jintao, con quien abordará desde las exportaciones de metales raros a los derechos humanos, pasando por la situación en Corea del Norte o la cotización del yuan.
Obama ya ha comenzado también a preparar su discurso sobre el Estado de la Unión, que pronunciará a finales de este mes ante ambas cámaras del Congreso y en el que expondrá sus prioridades legislativas para este año. Para mediados de febrero debe presentar asimismo su propuesta de presupuesto federal.
Además, el Presidente prepara una remodelación de su gobierno que comenzará esta misma semana o a principios de la próxima, cuando se espera que nombre al nuevo Presidente del Consejo de Asesores Económicos, un puesto que ha quedado vacante después de que Larry Summers se marchara en diciembre.
Entre los nombres que se barajan figuran el banquero de inversiones Roger Altman, el rector de la Universidad de Yale Richard Levin y Gene Sperling, del Departamento del Tesoro.
Este nombramiento no será la única novedad en la Casa Blanca en las próximas semanas. Según los medios estadounidenses, Obama también baraja nombrar como jefe de Gabinete a William Daley, secretario de Comercio durante el mandato de Bill Clinton, en sustitución de Peter Rouse, quien ocupa el cargo de modo interino.
Además, durante este mes el actual asesor político de Obama, David Axelrod, regresará a Chicago para comenzar a preparar la campaña electoral de 2012 y se espera que le reemplace David Plouffe, el estratega de la campaña de 2008.
Otros cambios podrían afectar al portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, o -de modo no inminente- a personalidades del Gabinete como Gates, quien ya ha indicado que abandonará el cargo este año.