El Presidente de EE.UU, Barack Obama se reunió por más de una hora con el Consejo de Seguridad Nacional para analizar la situación de Egipto, luego de los ajustes que hiciera Hosni Mubarak en su gabinete. Si bien la Casa Blanca no consignó alguna opinión de Obama sobre los nombramientos en El Cairo, sí entregó la postura en torno a la violencia y las señales concretas que se deben dar para terminar con la crisis interna.

Durante la reunión el presidente norteamericano "reiteró" su preocupación por la violencia y llamó "a la calma" y contención de las protestas.  También destacó el apoyo de Estados Unidos a "los derechos  universales" y "al avance de la reforma política en Egipto". 

En la cita participaron, entre otros, el vicepresidente, Joe Biden, el consejero para la Seguridad Nacional de la Casa  Blanca, Tom Donilon, y varios altos diplomáticos del departamento para Medio Oriente de la cancillería.  Biden se había reunido antes, por la mañana, con la  secretaria de Estado, Hillary Clinton, para analizar el mismo tema. 

Ayer Obama hizo una breve aparición ante las cámaras de televisión para hablar sobre la situación en el país  del norte de Africa. Dijo que habló por teléfono con el presidente egipcio para decirle que Estados Unidos espera que cumpla con sus promesas de reforma. 

Esa posición fue reiterada hoy por el Departamento de Estado a través de una serie de mensajes en Twitter. "El Gobierno egipcio no puede remodelar la cubierta del barco y después quedarse quieto. Las palabras del presidente Mubarak que prometen reforma deben ser respaldadas por acciones", dijo el vocero, Philip J. Crowley.

"Con los manifestantes en las calles -agregó el portavoz-, seguimos preocupados por el potencias de violencia y pedimos calma a los dos lados".