Son "aliados" incómodos, regímenes considerados por Washington en las antípodas de los gobiernos democráticos. Pero la rebelión del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak ha obligado a Barack Obama a evaluar escenarios impensados: una alianza, aunque sea de forma implícita, con Irán y también con el régimen sirio de Basher Assad.

Los yihadistas del EI han desplazado a Al Qaeda, convirtiéndose en la principal amenaza para Occidente. Han ganado un importante territorio en el este de Siria y el norte de Irak. Controlan ciudades y matan a diestra y siniestra, por lo que Estados Unidos está ante una gran disyuntiva.

Obama autorizó el martes vuelos de reconocimiento sobre Siria, con aviones espías U2 y drones, probablemente como el primer paso para detectar posiciones y bastiones, para luego eventualmente atacar. De todos modos, el Departamento de Defensa norteamericano señaló que no habrá ninguna cooperación con Assad.

Eso sí, tanto el mandatario estadounidense como el líder sirio comparten el mutuo interés por derrocar al Estado Islámico, que no sólo tiene en jaque a Assad, sino también al gobierno chiita de Bagdad apoyado por Washington.

Este escenario ni siquiera era evaluado hace tres años, cuando comenzó la guerra civil en Siria, que ha dejado casi 200 mil muertos. Incluso, en su momento, Obama evaluó atacar Siria para sacar a Assad del poder, algo que se diluyó tras una intervención diplomática de Rusia.

Al mismo tiempo, Washington ha acercado posiciones con Irán, de mayoría chiita. Ambos países rompieron relaciones en 1980, después del ascenso del ayatola Jomeini y su revolución islámica de 1979, y tras la toma de la embajada estadounidense en la capital iraní, que se extendió durante 444 días. Pese a esto, en junio pasado, Estados Unidos e  Irán se acercaron para colaborar de manera conjunta con el objetivo de detener a los extremistas sunitas.

Pero Washington también estaría buscando el apoyo de sus propios aliados en su lucha contra el EI. Según The New York Times, la Casa Blanca cree que Reino Unido y Australia podrán sumarse a una campaña militar con bombardeos sobre Siria. Estados Unidos espera también que Turquía le brinde acceso a bases.

Para Obama, el Estado Islámico es una pesadilla, porque, además, la situación en el territorio sirio es altamente compleja, con varios grupos rebeldes con diferentes intereses.  De acuerdo con la agencia France Presse, al contrario de lo que ocurre en  Pakistán, Irak y Afganistán, los organismos de inteligencia estadounidenses se  han mostrado impotentes en Siria y hoy se enfrentan al desafío de localizar a los yihadistas del EI.

Según el American Enterprise Institute, la CIA y los servicios de inteligencia militar no han podido desarrollar las  redes de informantes capaces de suministrarles datos sobre las posi- ciones de los líderes del Estado Islámico.

Ese grupo (ex Isis) ha actuado con extrema brutalidad, con ejecuciones de civiles e incluso estaría reclutando menores de edad. Naciones Unidas señaló ayer que los yihadistas cometen de forma regular crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Siria, incluidas torturas, asesinatos y violaciones. A juicio de Hisham al Hashimi, considerado como uno de los máximos expertos del extremismo iraquí -citado por medios árabes-, los reclutamientos en las filas del Estado Islámico "están en crecimiento" y el número de milicianos llegaría ya a "casi 100.000".