El Presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, recorrieron hoy las zonas dañadas por el terremoto del pasado mes de abril en el centro de la ciudad de L'Aquila, sede de la cumbre del G8.

Rodeados de un fuerte dispositivo de seguridad, Obama escuchó atentamente las explicaciones del premier mientras examinaban las tareas de reconstrucción de esa ciudad medieval en la que el sismo dejó más de trescientos muertos.

El Mandatario estadounidense, en mangas de camisa y corbata, pareció plantear numerosas preguntas a Berlusconi y a las autoridades de la ciudad que los acompañaban.

Uno de los lugares que más lo impresionaron fue el edificio de la Prefectura, completamente destruido por el sismo.

A lo largo del recorrido, numerosos trabajadores de las tareas de reconstrucción se acercaron a la comitiva y en muchos casos recibieron a las autoridades con aplausos.

En un momento dado, Obama bromeó con la presidenta de la diputación de L'Aquila, Stefania Pezzopane, por su gran diferencia en estatura. El Presidente estadounidense posó para una foto con ella y, sonriendo, se agachó para ponerse más a su altura.

El terremoto del pasado 6 de abril tuvo una magnitud de 5,8 grados en la escala de Richter y un enorme potencial destructor.

Decenas de miles de personas perdieron sus hogares y al día de hoy se encuentran aún alojadas en tiendas de campaña o en hoteles a lo largo de la costa Adriática.

Algunos de los damnificados recibieron a Obama con un cartel que decía "Yes we camp" (sí acampamos), en alusión al mensaje de campaña del Presidente de EEUU.

La cumbre del G8 debía haberse celebrado inicialmente en la isla de La Maddalena, en la costa de Cerdeña, pero tras el sismo Berlusconi decidió su traslado a esta ciudad del centro de Italia por razones de solidaridad.