El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, están intentando ofrecer una imagen pública de unidad a pesar de una posible división sobre la propuesta de armar a combatientes ucranianos para luchar con más eficacia contra los separatistas del este del país respaldados por Rusia.
Este será el motivo no explícito de la reunión de los dos líderes en la Casa Blanca, donde Merkel informará a Obama sobre la próxima cumbre que buscará reactivar un plan de paz para Ucrania.
La cuestión a tratar no es solo el apoyo del presidente ruso, Vladimir Putin, a los separatistas sino la vuelta a una estrategia soviética de la Guerra Fría de crear una importante división entre Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, especialmente Alemania.
Merkel y el presidente francés, Francois Hollande, se entrevistaron con líderes ucranianos y con Putin la semana pasada. En la cumbre del miércoles en Minsk se reunirán con el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y Putin para intentar revivir el plan de paz alcanzado el pasado septiembre. Estados Unidos no participará del diálogo.
Merkel y Hollande llegan a la cita de la capital bielorrusa oponiéndose a la entrega de armas a Ucrania para intentar frenar a los separatistas que, según insisten la OTAN y Estados Unidos reciben armas de Rusia, que también tiene a soldados combatiendo en suelo ucraniano.
La Casa Blanca ha hecho saber que Obama, que se había resistido a los llamados para enviar armamento, está ahora considerándolo. Los contrarios a esta medida creen que podría abrir una guerra de poder entre Washington y Moscú. Merkel y Hollande insisten en que la única vía para poner fin al conflicto es la diplomática.
"Debe ser posible encontrar — no a través de un conflicto militar sino en la mesa de negociación — un balance de intereses dentro de Ucrania que garantice tanto la integridad del estado como un nivel apropiado de autonomía" para los separatistas, dijo la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, dijo en el programa de la cadena NBC "Meet the Press" que él también trabaja para lograr una salida diplomática pero fue ambiguo sobre las armas para Kiev.
"No me cabe duda de que asistencia adicional de tipo económico y de otros tipos llegará a Ucrania. Y lo hacemos entendiendo que no hay una solución militar. La solución es política, diplomática. Pero el presidente Putin tiene que decidir tomar la rampa de salida. Y tenemos que dejarle claro que estamos absolutamente comprometidos con la soberanía y la integridad de Ucrania sin importar qué", dijo en respuesta a una pregunta directa sobre el envío de armas.
Más de 5.300 personas han muerto desde el inicio del conflicto en abril, según cifras de Naciones Unidas, y el derramamiento de sangre se ha incrementado en las dos últimas semanas.
En otro orden de cosas, está por ver si Merkel volverá a plantear el tema del espionaje a su celular por parte de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense y la expulsión de Berlín un importante espía de Washington después de que los alemanes descubriesen que uno de sus agentes de inteligencia había pasado unos 200 documentos a la CIA. Aunque el tema no es una prioridad en la agenta del gobierno alemán, sigue enturbiando las relaciones entre los dos gobiernos, la que podría decirse que es la relación bilateral más importante de la OTAN.