"Tengo la esperanza de que si nos dejamos iluminar por la palabra de Dios, nuestro espíritu puede caminar más fraternalmente y colaborar para el bien de todos". Esta es una de las reflexiones del obispo de Osorno, Juan Barros Madrid, respecto de la situación que se vive en esta diócesis; pero, más en específico, en relación al encuentro que esta semana sostuvo con dos representantes de un grupo de laicos, quienes han sido los principales críticos de su gestión.
El prelado sostuvo que "después del encuentro expresé que es bueno conversar tranquilamente".
Lo ocurrido no es un accidente, sino fruto de una evidente tensión que se arrastra desde principios de 2015, tras la designación del obispo Barros, ex prelado castrense, por parte del Papa Francisco, para asumir la diócesis de Osorno.
En ese momento, un grupo de laicos comenzó a cuestionar su supuesta cercanía, en años anteriores, con el ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, condenado canónicamente -de por vida- por abusos. Más tarde, las críticas apuntaron también a presuntos problemas de su gestión, entre ellos el alejamiento de tras sacerdotes. Mario Vargas -vocero de la agrupación de laicos- y otros dirigentes han anunciado movilizaciones para la visita del Papa, programada para enero próximo.
De allí la importancia de la reunión que esta semana sostuvieron con el obispo Barros, en la oficina de la diócesis y convocada por el mismo prelado.
Sobre su resultado, el religioso dijo a La Tercera que "estaba previsto comenzar a las 10.30 horas y culminamos en torno al mediodía".
Ratificó que el encuentro se hizo junto a otro sacerdote: "En el transcurrir del tiempo se han tenido otras conversaciones, pero se han mantenido más en privacidad. Aunque no coincidimos con ellos (los laicos) en el diagnóstico de la situación, es positivo escucharse personalmente y mantener un diálogo respetuoso, y así poder ir conociendo más directamente de situaciones que pudieron percibirse con parcialidad o error".
Por el lado de los laicos, Mario Vargas coincidió en que el encuentro fue cordial, pero subrayó que ellos le solicitaron al obispo que renunciara a su cargo.
En la Conferencia Episcopal de Chile, su secretario general, obispo Fernando Ramos, dijo que "el diálogo siempre es beneficioso, sobre todo cuando se busca el bien común. Este es un bien no solo en la Iglesia, sino en toda la sociedad".