Frente a la denuncia hecha ante la fiscalía por el Instituto San Martín de Curicó en contra de un religioso, por supuestos abusos deshonestos, el obispo de la Diócesis de Talca, Horacio Valenzuela, salió a contestar los dichos del diputado Roberto León quien lo acusó de "trasladar la escuela del silencio de Karadima a regiones", aludiendo a que la Iglesia no se había pronunciado en torno a este nuevo caso de abusos en contra de menores de edad, presuntamente ocurrido  en un prestigioso colegio católico de Curicó.

"Expreso el rechazo más absoluto, como lo ha dicho la Iglesia y el Papa, a toda acción que pueda dañar a un menor. Expreso este rechazo con tristeza y dolor", dijo monseñor Valenzuela, agregando que la Iglesia velará por "la cercanía mayor que se pueda tener con el denunciante, cosa que hemos hecho. Que el denunciado tenga la posibilidad de defenderse y finalmente toda la colaboración de nuestra parte para que la justicia haga su trabajo y esclarezca la verdad en este caso tan doloroso", sentenció.

De este modo, el obispo recalcó que "días atrás iniciamos una investigación canónica de este mismo caso para buscar la verdad que nos hará bien a todos. El Padre Francisco Cartés fue suspendido del ministerio en una medida que se llama AD Cautelam, mientras dure el proceso, es decir no ejerce las funciones que hacía en el colegio y en la parroquia. Está en casa de familiares pero está dispuesto a venir cuando la fiscalía lo requiere".

Según la información entregada por la autoridad religiosa, la denuncia fue hecha por un profesional de la salud al colegio y la directora del establecimiento, Marcela Hormazabal acudió a la fiscalía local de Curicó.

El obispo destacó que "la familia del menor prefirió, por razones de pudor, que el caso lo viéramos en la justicia eclesiástica y no civil, entonces muy rápido se suspendió al sacerdote y se inició la investigación".

La víctima sería un menor de 16 años, aunque "en qué circunstancias habría ocurrido esto no sé mucho, pero probablemente, si el colegio es el que denuncia es porque algo ocurrió dentro del colegio", sostuvo el prelado.

El sacerdote denunciado no pertenece a la diócesis de Talca, sino a la congregación religiosa de los Hijos del Corazón de María y estaba en forma temporal en Curicó ejerciendo como párroco y trabajando con la juventud en el Instituto Marista San Martín de esta ciudad.

CASO KARADIMA
El obispo de Talca también tuvo palabras respecto al caso Karadima y afirmó que confía "en el trabajo que hizo la Santa Sede, es muy serio, así es que confío plenamente en su competencia, aunque no tengo conocimiento del proceso. Yo tengo el juicio de la Iglesia, acepto ese juicio y creo que él es culpable, asumo lo que ha dicho la iglesia", enfatizó.

Monseñor Valenzuela, fue formado como obispo por Fernando Karadima y además fue aludido por una de las víctimas del caso como testigo de los abusos del sacerdote.

En cuanto a los dichos del doctor James Hamilton, quien aseveró que él y otros obispos no pudieron sino ver los abusos que estaba cometiendo el padre Karadima, la autoridad religiosa recalcó que "no vi nunca una actitud de connotación malévola ni de abuso, de actos deshonestos". 

Consultado por el círculo de protección que existiría  en torno a Karadima para mantener ocultos los actos cometidos por el sacerdote, Valenzuela expresó que "se puede teorizar mucho en torno al círculo de protección pero la prueba más fehaciente que desvanece esa teoría es que los juicios (canónico y civil) han funcionado, los dos, con mucha claridad, sin contrapiés, los hechos lo desmienten con toda claridad".

Finalmente, el obispo de Talca dijo estar dispuesto a colaborar con la justicia indicando que "no he sido requerido todavía, pero creo que es una fuente de libertad y de verdad, entonces no hay ningún temor al respecto, lo mejor que nos puede pasar es que la justicia funcione y funcione bien".