Manuel Camilo Vial, a través de una declaración pública, pidió perdón "a quienes mis hechos o palabras pudieran haber ofendido o causado daño", luego de que declarara en el juicio contra ex párroco de Putaendo, que conoció abusos de sacerdote en 1990.

"En ningún caso he tenido la intención de minimizar el daño realizado ni de justificar la agresión ni al agresor. A quienes mis hechos o palabras pudieran haber ofendido o causado daño, les pido sinceramente perdón", dijo el monseñor en la declaración.

Vial sostuvo que "concurrí al tribunal con la mejor disposición y el firme propósito de contribuir al esclarecimiento pleno de la verdad y el imperio de la justicia. Son los tribunales la instancia llamada a determinar la verdad de las actuaciones del ex sacerdote y hacer justicia".

El monseñor declaró en el juicio que "en esa época no había claridad. Son los padres, me parece, los que tenían que denunciarlo a la justicia. No tenía conocimiento que yo tenía que denunciarlo". Así explicó ayer el obispo las razones de porqué en 1990 -cuando él era el titular de la diócesis de esa provincia de la V Región- no denunció la violación cometida por uno de sus sacerdotes. Se trataba de Francisco Valenzuela Sanhueza, ex párroco de Putaendo, quien en ese entonces agredió sexualmente a una niña de 13 años, a la que además embarazó. El hecho habría culminado en un aborto.

"De manera clara y categórica rechazo, una vez más, cualquier tipo de abuso contra menores. En este caso y en otros, no hay razón que justifique un pecado y un delito tan espantoso. Con honestidad y transparencia, he declarado judicialmente la verdad de todo cuanto supe, todo cuanto hice y no hice, considerando la información y percepción que a fines de los 80 disponíamos, tanto en la Iglesia como en la sociedad, sobre la prevención de este tipo de hechos", sentencia el religioso.