Apuntar al Sol con un radiotelescopio no es sencillo. El astrónomo Antonio Hales, parte del equipo de operaciones científicas del observatorio Alma en Chile, cuenta que hace unos años, mientras se instalaba un radiotelescopio precursor a lo que hoy existe, lo dejaron apuntando hacia el Sol y eso hizo que se derritiera el reflector secundario de aluminio. Por ello, para que Alma -el radiotelescopio más grande del mundo- comenzara a observar la estrella más cercana a la Tierra, no se podía correr ningún riesgo.

Tuvieron que idear la forma de que la luz solar se difuminara y no derritiera la antena. "Los camiones de combustible tienen la misma tecnología de los paneles de Alma, que permiten difuminar la luz óptica e infrarroja, que son las que traen más energía del Sol y canalizan las ondas submilimétricas", explica Hales.

Todo para que el conjunto de antenas pudiera apuntar hacia el Sol, uno de los objetivos con los que nació el proyecto, pero que tardó 30 meses en ponerse en marcha para poder realizar las pruebas necesarias, que dieron como resultado un set de imágenes publicadas ayer. Entre diciembre de 2016 y marzo de este año se estarán realizando las primeras observaciones científicas, solicitadas por los 15 grupos de astrónomos que ganaron tiempo para ello.

"Hay muchos proyectos que observan el Sol, pero este es tan cerca que el nivel de detalle es enorme, como una explosión de información", dice Pierre Cox, director de Alma. El astrónomo señala que estudiar la única estrella que tiene una interacción con nosotros, es importante, porque las emisiones solares afectan el campo magnético de la Tierra, pero además, observar cómo gira puede servir para estudiar otras estrellas en el Universo.

Hales agrega que es fundamental hacer observaciones así, "porque a pesar de ser un laboratorio ideal, al estar al lado, no entendemos su física", dice. "Hay más imágenes del Sol, pero ningún telescopio puede verlo en esta frecuencia. En el pasado se intentó observar con radio, pero este es el más grande, el único lugar para hacer observación milimétrica y submilimétrica".

Alma está diseñado para operar en longitudes de onda que complementan a las usadas por otros telescopios (desde unos 350 micrómetros a 9,6 mm), llenando la brecha entre los telescopios ópticos/infrarrojos, y los radiotelescopios, y aportando datos de procesos físicos del Sol no estudiados. "Estos procesos ocurren tanto en el Sol como en estrellas como el Sol. Así, sirve como un laboratorio para entender cómo las atmósferas estelares se calientan y se mantienen", dice Tim Bastian, astrónomo del Observatorio Radioastronómico Nacional (Nrao) de EE.UU, uno de los investigadores que ganó tiempo de observación para estudiar el astro.

Para las primeras pruebas, el equipo observó una enorme mancha solar en longitudes de onda de 1,25 milímetros y 3 milímetros, utilizando dos receptores de bandas de Alma. Las imágenes revelaron diferencias de temperatura entre varias partes de la cromosfera del Sol (capa exterior de su envoltura gaseosa), y en el futuro, se usará para comprender mejor el proceso de calentamiento y la dinámica de esta capa, lugar que puede ser más de 200 veces más caliente que los objetos que el radiotelescopio suele observar.