Chile es uno de los países donde existe una mayor diferencia entre lo que ganan los hombres y los sueldos de las mujeres, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
El informe "La búsqueda de la igualdad de género" de la entidad reveló que la brecha local en los ingresos medianos mensuales de los trabajadores a tiempo completo llegó a 21,1% en 2015, la quinta mayor disparidad dentro del bloque. El promedio es de 14,3%.
Además, Chile destaca como el país donde más aumentó esta bercha en la última década, con un alza de 17,1 puntos porcentuales. Esto se compara con el retroceso de 1,3 punto que exhibió la media de la Ocde.
Aún así, expertos chilenos advirtieron sus dudas respecto a los datos, ya que, por ejemplo, para los años 2000 y 2003 se reporta una brecha de 0%. Esto "evidentemente nunca ha sido así", expresó Juan Bravo, investigador de Clapes UC.
"Claramente, es un tema de que en ese tiempo no existía la información o estaba incompleta", sostuvo Michèle Labbé, economista jefa de Econsult.
El reporte también mostró que Chile está entre los tres mercados donde hay una mayor brecha en la tasa de participación de la fuerza laboral, con 21,9 puntos porcentuales. Sólo Turquía (42 puntos) y México (35,1 puntos) se ubican por delante.
Problema cultural
Para Bravo, un factor crucial detrás de las desigualdades salariales es la legislación que replica la lógica cultural de ausencia de corresponsabilidad en el cuidado de los hijos.
"La ley asume que es la mujer la única responsable del cuidado de los hijos, lo que se expresa claramente en las leyes de sala cuna y post natal, por ejemplo. Esto encarece artificialmente el costo de contratar mujeres, lo que se traduce en que, por realizar el mismo trabajo, las mujeres tengan un castigo salarial", explicó.
Para revertir esta situación, el experto sugirió implementar "una reforma laboral profunda que cambie el paradigma de ausencia de corresponsabilidad".
A su juicio, la adopción de leyes con corresponsabilidad, y los cambios culturales, permitirán menores brechas de género, "no sólo en materia de salario, sino también de empleabilidad".
Por su parte, Labbé planteó tener sala cuna universal, ya sea pública o privada, y una mayor flexibilidad laboral. "Muchas de las regulaciones para proteger a las mujeres terminan generando una brecha salarial más alta", manifestó.