La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) instó hoy a Brasil, México y Chile, a mejorar el acceso a la educación de calidad, resolver los cuellos de botella en el desarrollo de infraestructuras y la formación de los trabajadores, para mejorar la productividad.

La Ocde que presentó este viernes en Sídney, su documento "Avanzando hacia el crecimiento 2014", subrayó la necesidad de mejorar la educación para elevar los estándares de vida y cerrar las brechas en la productividad para alcanzar a los países con mayores ingresos.

Con especial foco en Brasil y México, el organismo reclamó nuevas mejoras en la universalización de la enseñanza, a pesar de las medidas ya realizadas.

En el ámbito laboral, la Ocde pidió tener en cuenta las desigualdades en la capacidades a nivel profesional y la baja participación laboral, especialmente en mujeres y recién incorporados al mercado de trabajo, para devolver la tasa de empleo a los niveles anteriores a la crisis.

En Chile, entre otros países, "se necesitan reformas de las regulaciones en el mercado laboral o las instituciones de negociaciones salariales para reducir los costos de contratación y despido", indicó en este informe Pier Carlo Padoan, subsecretario general y jefe economista del organismo.

El organismo destacó las reformas llevadas a cabo por México en el sector energético, lo que ha permitido abrir las puertas para las inversiones privadas.

No obstante, la Ocde resaltó el problema de la asignación de recursos a los sectores más productivos y los generalizados controles estatales, así como las débiles infraestructuras legales y mercados financieros superficiales.

En el caso concreto de Brasil, la Ocde indicó que su plan para acelerar el crecimiento, que se puso en marcha en 2007 con grandes proyectos de desarrollo, han sufrido demoras, y recientemente, las autoridades del gigante sudamericano han logrado algunos avances con concesiones y simplificaciones de los procedimientos para las obras públicas.

Además, alerta que Brasil -junto a China, Rusia y Turquía- ha experimentado un aumento en el crédito en los últimos años y pueden correr el riesgo de mostrar signos de vulnerabilidad en su sector financiero.