El crecimiento de la economía mexicana podría ser más débil al esperado en el 2014, luego de su "anémico" desempeño este año, estimó el jefe de la Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Angel Gurría.
Gurría dijo que pese al avance registrado en la agenda de reformas propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto en el Congreso del país, el crecimiento de la segunda economía más grande de Latinoamérica será menor al previamente estimado por la oCDE.
"Para este año, México crecerá entre 1,5% y 2%. El año que viene estará entre 2% y 3%", precisó Gurría a Reuters en una entrevista en Ciudad de Panamá.
La OCDE había previsto en mayo un crecimiento de 3,4% para el Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2013, y de 3,7% en 2014.
México ha bajado varias veces su propia expectativa de crecimiento para el 2013, hasta la estimación actual de 1.7%. La última revisión ocurrió, tras el impacto de dos tormentas en septiembre que causaron severos daños a infraestructura y zonas agrícolas del país.
"El año 2013 será anémico", sentenció Gurría.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo este mes su expectativa de crecimiento para México en el 2013 a 1,2%, desde un 2,9% en su previsión anterior.
Los legisladores mexicanos, añadió Gurría, deberían estar orgullosos de la agenda de reformas, que incluye medidas para incrementar la débil recaudación tributaria y aumentar la producción de la gigante petrolera estatal Pemex.
El viernes la Cámara de Diputados aprobó una versión revisada de la reforma fiscal, elevando los topes del impuesto sobre la renta al tiempo que descartó propuestas para aplicar tributos a rentas de inmuebles, intereses hipotecarios y colegiaturas, entre otros.
Esa reforma, que incluyó la ley de ingresos para el 2014 de México, debe ser discutida ahora por el Senado.
"Hemos estado esperando 30, 40 años por que ésto ocurra", dijo el ex secretario de Hacienda de México.
Sin embargo, explicó que razones políticas evitaron que la reforma incluyera el cobro de un polémico impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas, una recomendación de la OCDE.
La izquierda mexicana, que fue vital para la aprobación de la reforma, ve la exención del IVA a esos productos como clave para defender los intereses de los más pobres.
Gurría señaló, además, que la propuesta del Gobierno para abrir la participación del capital privado, y que permitiría asociaciones entre Pemex y empresas privadas sobre la base de utilidades compartidas -pero no concesiones petroleras-, era uno de los mayores cambios políticamente posibles.
"Es la mejor reforma posible en este momento (...) los mexicanos tenemos un poquito de petróleo circulando en nuestras venas, así que debe ser manejado cuidadosamente", afirmó.
México nacionalizó su industria petrolera en la década de 1930 y el control estatal de ese recurso es parte de la identidad política del país.