La economía chilena se ha fortalecido durante los últimos 20 años. Sin embargo, hasta la fecha, las regiones no han podido utilizar plenamente sus recursos y por consiguiente, no han alcanzado su potencial de crecimiento, lo que limita la capacidad de crecimiento del país.

Un Estudio Territorial de Chile de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) recomienda que "se adopte una perspectiva regional más firme con respecto al desarrollo económico, con el fin de aprovechar al máximo las distintas oportunidades de las regiones y mejorar el desempeño del país en su conjunto".

Según un comunicado del organismo, es necesario también "Incrementar la productividad del país exige concentrar esfuerzos hacia la innovación y el emprendimiento empresarial así como a la mejora de la educación y la capacitación. Estas áreas tienen una fuerte dimensión regional, dada la diversidad de los territorios chilenos". Al mismo tiempo, sugiere diversificar la estructura económica requiere de estrategias que tengan un enfoque regional, capaces de movilizar los recursos regionales, aprovechar e integrar las distintas posibilidades que ofrece cada uno de los territorios de Chile.

Para aumentar la productividad y diversificar la economía nacional surge por tanto la necesidad de implementar políticas basadas en el territorio, enfocadas a mejorar la calidad y distribución de inversiones y servicios públicos para las regiones.

Según la ODCE , "Chile ha adoptado progresivamente una perspectiva regional innovadora a través de iniciativas como la creación de agencias de desarrollo regional y un fondo de innovación regional. Otras reformas importantes, como la elección directa del consejo regional, o la reforma municipal, están también en proceso".

No obstante, el organismo insiste en que "Chile todavía carece de un marco institucional regional capaz de coordinar, de forma regular, las distintas políticas, instrumentos y actores implicados en el desarrollo económico". La agenda económica regional se sigue decidiendo principalmente desde el gobierno central. Por otro lado, los mecanismos de inversión pública se rigen por una lógica sectorial que dificulta la financiación de iniciativas integrales y coordinadas.

Avanzar hacia políticas con enfoque territorial en Chile requiere una mayor participación de los actores regionales en la planificación y coordinación de la agenda de desarrollo regional. A este respecto, los acuerdos de gobernabilidad y coordinación entre los distintos niveles de gobierno y otros mecanismos tales como el desarrollo de capacidades, o el fomento de instituciones para la participación, ayudarán en este proceso de reforma.