Ocho personas murieron acribilladas en las últimas horas en Honduras, luego que individuos fuertemente armados interceptaran el bus donde viajaban las víctimas en el trayecto entre las ciudades de Catacamas y Juticalpa. Se trata de cuatro mujeres y cuatro menores de edad, entre los que se cuenta dos niños, uno de un año y el otro de seis.

Según las autoridades policiales, los delincuentes hicieron señas para que el transporte se detuviera, sin embargo al no suceder aquello los individuos comenzaron a disparar fusiles AK-47 que portaban. "Sin mediar palabra y sin consideración descargaron las armas y este es el resultado", dijo el vocero de la Secretaría de Seguridad de Honduras, Leonel Sauceda, al diario El Heraldo.

Según el ministro de Seguridad de Honduras, Oscar Alvarez, de acuerdo al desarrollo de los acontecimientos es "una acción típica del crímen organizado y de ajuste de cuentas de dos grupos delincuenciales dedicados al narcotráfico".

La autoridad reveló que el ataque fue una represalia por el asesinato de un miembro de otro grupo en Olancho, al oriente de Honduras.

Los heridos, tres personas, fueron internadas en el hospital San Francisco de Juticalpa.