La muerte de ocho soldados en Afganistán hoy hizo de octubre el mes más sangriento para las tropas estadounidenses desplegadas en Afganistán desde el inicio de la guerra, en el año 2001.

El alto mando estadounidense dijo que las muertes se produjeron a raíz de varios ataques con bombas en el sur del país. Un civil afgano murió en los ataques y otros soldados resultaron heridos.

En uno de los ataques murieron siete estadounidenses de patrulla en vehículos blindados, dijo el teniente coronel Todd Vician. Agregó que un civil afgano murió en el mismo incidente. El octavo estadounidense falleció en un ataque separado en el sur del país, igualmente cuando realizaba un patrullaje en un vehículo militar.

Según el parte, las muertes ocurrieron durante una ofensiva dinamitera "múltiple y compleja". Agregó que los heridos fueron evacuados a un hospital de campaña cercano, pero no facilitó más detalles.

El capitán Adam Weece, vocero de las fuerzas estadounidenses en el sur del país, dijo que ambos ataques ocurrieron en la provincia de Kandahar. En Washington, un funcionario de Defensa indicó que uno de los ataques fue seguido de un intenso tiroteo con los insurgentes. El funcionario habló a condición de guardar el anonimato por no estar autorizado a facilitar la información.

Las muertes situaron en 56 el número de combatientes estadounidenses muertos en octubre en Afganistán, según un recuento de la organización icasualties.org. El récord anterior ocurrió en agosto, cuando perecieron 51.

En contraste, el mes más cruento en Irak para las fuerzas estadounidenses fue noviembre del 2004, cuando 137 estadounidenses murieron durante la ofensiva en la ciudad de Faluya.

Desde el inicio de la guerra en Afganistán, EE.UU. ha perdido a 908 soldados, según icasualties.org. En lo que va de 2009 ya suman 278.

"Una pérdida como esta es extremadamente difícil para las familias y los que revistaron con estos bravos soldados", dijo la capitana de marina Jane Campbell. "Nuestros pensamientos y plegarias van para las familias y amigos que lloran su pérdida".

El lunes, un helicóptero militar se estrelló al regreso de un combate con presuntos narcotraficantes talibanes en el oeste del país, muriendo 10 estadounidenses, incluyendo tres agentes de la DEA. En un accidente separado ese mismo día, otros cuatro soldados estadounidenses perecieron al chocar dos helicópteros en el sur de Afganistán.

El alto mando estadounidense insistió que ninguno de esos dos percances fue resultado de fuego enemigo, aunque los talibanes dijeron haber abatido uno de los helicópteros en la provincia occidental de Badghis. El mando no especificó dónde cayó la aeronave.

Fueron las primeras muertes de la DEA desde que comenzó sus operaciones en Afganistán en 2005. El país es el mayor productor de opio del mundo -el ingrediente básico de la heroína- y el narcotráfico es la principal fuente de ingresos de los insurgentes.