En Paraguay existe tranquilidad y la situación política no es grave, pero sí delicada, expresó hoy el secretario general de la Organización de los Estados Americanos José Miguel Insulza, quien encabeza una misión en el país para analizar la crisis política que llevó a la destitución del presidente Fernando Lugo.
"El país está tranquilo, no hay convulsa a pesar de la molestia que generó lo que ocurrió", dijo Insulza en una conferencia de prensa en alusión al juicio político que determinó el fin abrupto del mandato de Lugo y la asunción al mando del entonces vicepresidente Federico Franco.
Insulza encabeza hasta el martes una misión de la OEA a fin de recabar informes desde diferentes sectores políticos sobre el proceso que produjo el cambio de gobierno.
Insulza se negó a anticipar "alguna conclusión de nuestra visita porque debe ser elaborada en un documento, pero puedo decir que la situación política en Paraguay no es grave pero sí delicada".
La misión de observación de la OEA entrevistó hoy a Franco, a Lugo y al canciller José Félix Fernández a fin de elaborar un informe que determinará si Paraguay es o no suspendido como miembro del organismo continental.
Al salir del hotel donde se reunió con la misión de la OEA Lugo se negó a hablar, pero Adolfo Ferreiro, uno de sus abogados, dijo a los periodistas que "pedimos un nuevo juicio político en el que se respeten las garantías procesales".
El ex obispo católico Lugo, de 61 años y enfermo de cáncer linfático, fue encontrado culpable de mal desempeño en sus funciones el 22 de junio, tras cinco horas del juicio político al que fue sometido por el Senado paraguayo.
La destitución generó la molestia de numerosos países de la región. Los bloques regionales de integración Mercosur y Unasur suspendieron a Paraguay hasta tanto sea elegido un nuevo presidente en los comicios del 21 de abril de 2013.