La Organización de los Estados Americanos (OEA) elegirá hoy a su nuevo secretario general, quien reemplazará al chileno José Miguel Insulza, que termina su mandato el próximo 25 de mayo tras cumplir dos períodos de cinco años en el puesto.
El único candidato, el ex ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, no debiese tener problemas para ser elegido, a no ser que aparezca una candidatura de último momento, algo que está contemplado en los estatutos de la organización.
La OEA realizará hoy una Asamblea General Extraordinaria para designar al nuevo líder. Almagro, canciller de José "Pepe" Mujica, llega a esta instancia con el apoyo explícito de al menos 24 países (Estados Unidos, Brasil, Argentina, Ecuador, Chile, Colombia, Perú, México, entre otros) de un total de 34 que tienen derecho a voto.
Uruguay ya tuvo un secretario general de la OEA en su historia, José Antonio Mora, que dirigió el organismo entre 1956 y 1968.
Luis Almagro es un abogado de 51 años que desde marzo de 2010 hasta marzo de este año, fue canciller en su país. A pesar de que el escenario de su elección se ve simple, ya que hasta anoche no tenía rivales, su administración deberá enfrentar problemas que la organización arrastra hace tiempo.
El nuevo secretario general de la OEA tendrá el desafío de recuperar la relevancia de la organización ante el surgimiento de otros foros políticos, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
"La OEA está pasando por un momento sumamente complejo. El sistema interamericano sobre todo ha sido víctima de ataques por parte de Venezuela y Ecuador durante los últimos años", aseguró a La Tercera el analista político y director del Centro de Investigación Periodística en las Américas, Ezequiel Vázquez-Ger.
Además de la pérdida de protagonismo en la región, la OEA llega a esta elección con problemas presupuestarios y la necesidad de avanzar en una reforma de su estructura frente a las críticas recibidas en distintas instancias en las que Insulza estuve al frente.
En este contexto, Insulza no ha estado exento de críticas. El político chileno ha sido muy cuestionado, por ejemplo, por negarse a intervenir en Venezuela.
En febrero de 2014, la organización fue incapaz de encontrar una respuesta unánime en la violencia en la que estuvo sumergida Venezuela. "En público nunca condenó a aquellos países que abiertamente violan los principios democráticos cada día", comenta sobre el rol de Insulza, Vázquez-Ger. También recibió críticas por su rechazo a trasladar la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fuera de Washington, y por su manejo de la crisis en Honduras, luego del golpe de Estado en 2009 y por la reincorporación de Cuba al organismo. Eso sí, intervino el conflicto limítrofe entre Nicaragua y Costa Rica en 2010 y también en la crisis diplomática entre Colombia, Ecuador y Venezuela en 2008.
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, cree que Almagro enfrentará "retos formidables" en la OEA, una institución aquejada de "profundos problemas políticos y de organización".
"Incluso el secretario general más cualificado del mundo no podría resolver solo esos problemas. Los gobiernos tienen que tomarse en serio a la OEA, y eso incluye a EE.UU."d, dijo Shifter, citado por EFE.