Milicianos del grupo Estado Islámico se apoderaron el viernes del principal complejo del gobierno iraquí en Ramadi, la capital de la provincia de Anbar, después de combates intensos con las fuerzas de seguridad.
El alcalde de Ramadi, Dalaf al-Kubaisi, afirmó que los extremistas izaron su bandera negra después que los soldados debieron replegarse del complejo, donde está la mayoría de las oficinas del gobierno.
Agregó que Estado Islámico está atacando ahora el Comando de Operaciones de Anbar, la sede militar de la provincia.
Al-Kubaisi dijo que al menos 10 policías murieron en los enfrentamientos y que decenas de elementos de otras fuerzas de seguridad resultaron heridos. Añadió que los milicianos mataron a varios de los policías y oficiales del ejército capturados en la ciudad, donde la mayoría de civiles han huido.
Las fuerzas estadounidenses libraron en Anbar algunas de las batallas más intensas durante su intervención en Irak y Ramadi era un bastión de los insurgentes.
El grupo EI capturó la cercana ciudad de Faluya y partes de Ramadi en enero de 2014, meses antes de su ofensiva principal en el norte y oeste de Irak.
El ataque de Estado Islámico al complejo del gobierno comenzó con tres ataques suicidas casi simultáneos. Dos vehículos Humvee capturados previamente al ejército iraquí fueron utilizados en el ataque del viernes, dijo al-Kubaisi.
Decenas de familias se vieron obligadas a huir de sus hogares en la zona, dijo Athal al-Fahdawi, un concejal de Anbar.
El jefe del consejo provincial de Anbar, Sabah Karhout, exhortó al gobierno central en Bagdad para que envíe refuerzos e instó a la coalición liderada por Estados Unidos para que aumente los ataques aéreos contra los extremistas en Ramadi.
"La ciudad experimenta un ataque atroz por parte de 'Daesh' y necesitamos urgentemente cualquier tipo de asistencia", dijo Karhout, usando el acrónimo en árabe de Estado Islámico.
Amenaza arqueológica en Siria
Los yihadistas, además se acercaban el viernes a la joya arqueológica de Palmira, en el desierto sirio, mientras que en Irak se apoderaron de la mayor parte de Ramadi, la capital provincial en el oeste del país.
"Los yihadistas se encuentran ahora a un kilómetro del sitio arqueológico de Palmira", afirmó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña.
"El régimen (sirio) ha enviado refuerzos a la ciudad y la aviación está bombardeando los alrededores de Tadmor", el nombre de la ciudad en árabe, añadió.
El sitio arqueológico, conocido por sus columnas romanas y sus torres funerarias, se encuentra en el sur de la ciudad de Palmira.
"Estamos muy preocupados" afirmó el viernes la directora general de la Unesco, Irina Bokova, en Beirut, que inscribió en 1980 el sitio en la lista del patrimonio de Humanidad.
"Monitoreamos la situación porque es un sitio antiguo romano, de mucho valor", añadió, tras renovar su pedido "a todas las partes" a respetar el lugar.
Según el OSDH, los combates se desarrollan al norte, el este y el sur de la ciudad, y han muertos 138 combatientes, entre ellos 73 soldados y 65 yihadistas.
En los pueblos situados cerca de Palmira, de los que el ejército se ha retirado, el EI ejecutó además a 26 civiles, diez de ellos por decapitación, "por colaboración con el régimen", según el Observatorio.
El gobernador de la provincia de Homs (centro), del que forma parte este oasis situado en pleno desierto, afirmó en cambio que la situación está "bajo control".
"El ejército envió refuerzos y la aviación está bombardeando posiciones" del EI, indicó a la AFP Talal Barazi.
En los últimos días, el EI tomó todos los puestos del ejército situados en la carretera entre Palmira y la localidad de Al Sujna, a unos 80 km.
El director de Antigüedades y de los museos sirios, Maamun Abdelkarim, llamó a la comunidad internacional a movilizarse para impedir una eventual destrucción de Palmira, lo cual sería "una catástrofe internacional", según dijo.
Hace más de un mes aparecieron en un video combatientes del EI destruyendo en Irak el sitio arqueológico de Nimrud.
Palmira fue un importante foco cultural del mundo antiguo, y se desarrolló con fuerza tras la conquista romana en el siglo I antes de nuestra era.
Su legendaria reina, Zenobia, se opuso al dominio romano, y siglos después se convirtió en una etapa clave de la histórica Ruta de la Seda, que llevaba mercancías desde el Extremo Oriente a Europa.