Cada vez más implicada en el conflicto iraquí, Turquía advirtió que podría lanzar una operación terrestre en el norte de Irak para eliminar todo tipo de "amenaza" contra sus intereses.
Debido a lo anterior, hoy las fuerzas élite iraquíes se acercaron al este de Mosul con el apoyo de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, mientras que 13 ministros de Defensa se reúnen en París para decidir los próximos pasos en la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI).
Tras una serie de enfrentamientos, los grupos de seguridad retomaron el control completo de Rutba, ciudad al oeste del país que el pasado domingo fue atacada por los yihadistas en un intento por reconquistarla. Con esto, ocho días después del inicio de la ofensiva, la unidades del contraterrorismo (CTS) progresan en el sector oriental del último bastión del EI en Irak.
"Nuestro frente está ahora a cinco o seis kilómetros de Mosul", afirma el comandante de la CTS, el general Abdelghani al Asadi. "Debemos coordinarnos ahora con los otros frentes para lanzar" un ataque "coordinado" sobre el lugar, agrega desde la ciudad de Bartala.
Al noreste, los peshmergas kurdos también están cerca de la ciudad, pero en el frente sur las fuerzas federales todavía tienen un largo camino por recorrer antes de acercarse al blanco.
Paralelamente, la situación debería evolucionar al este de la ciudad, un frente hasta ahora tranquilo. Las unidades paramilitares chiitas Hashd al Shabi (UMP, unidades de movilización popular) recibieron la orden de cortar el enlace entre dicha localidad y Siria.
"Nuestra misión es impedir la huida (de EI) hacia Siria y de aislar totalmente Mosul de ese país", explicó Jawad al Tulaibawi, portavoz de Asaib Ahl al Haq, una poderosa milicia chiita. "Nos preparamos para una batalla violenta y difícil", añadió.