Sólo cinco líneas de su mensaje, que se extendió por casi dos horas, dedicó ayer la Presidenta Bachelet a la reforma laboral.

Y a diferencia del 21 de mayo pasado, en que pidió al Senado celeridad para despachar otra reforma económica como la tributaria, esta vez se limitó a precisar que cuentan con que la iniciativa será aprobada durante el segundo semestre.

"Tenemos la convicción ética y el fundamento técnico de que nuestras reformas son buenas para una economía que quiere estar a la altura de sus oportunidades de desarrollo y de las exigencias sociales de la equidad", agregó avanzado su discurso. Sin embargo,  Bachelet no escondió la preocupación del gobierno por la desaceleración económica y aludió en reiteradas ocasiones a la necesidad de revitalizar la actividad.

La máxima sería reforzada más tarde por el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. "Debemos focalizarnos ahora en cómo avanzar en las reformas, con diálogo y con todo el cuidado necesario para que apoye el crecimiento de la capacidad de la economía (...) Lo que tenemos que hacer es priorizar, ver los detalles de ciertas iniciativas que sin perder en nada su objetivo final nos permitan que sean amigables con la capacidad de crecimiento", destacó.

En particular, advirtió que  en la reforma laboral buscarán un "balance muy cuidadoso" para que se apruebe "de manera equilibrada". Para ello aseguró que pondrán atención en la "ingeniería de los detalles" y que irán "balaceando aspiraciones" de los distintos sectores.

Al ser consultado sobre si  revisarán los actuales contenidos del proyecto, Valdés se limitó a responder  que el Ejecutivo "quiere que la adaptabilidad laboral sea una realidad para el siglo XXI".

Cámara Alta 

Si bien aún está en primer trámite, y su estadía en la comisión de Trabajo se podría prolongar hasta por lo menos la primera quincena de junio, las expectativas comienzan a apuntar ahora al Senado.

Una de las opciones que surge en este escenario, es la posible configuración de un acuerdo. La idea es bien vista por un sector del oficialismo, ligado a la gestación del consenso alcanzado en juliodel año pasado que permitió la aprobación transversal de otro de los llamados pilares del programa de gobierno.

"En la reforma tributaria hicimos un esfuerzo que se tradujo en un acuerdo notable que abarcó desde el PC hasta la UDI (...) Ojalá podamos llegar a un acuerdo así en materia laboral. Pero hago una salvedad: cuando no te puedes poner de acuerdo hay que aplicar mayoría", afirmó el senador PPD Ricardo Lagos Weber.

A juicio del parlamentario, el valor de un acuerdo radica en que da "alguna garantía de que el día de mañana, cuando cambien las mayorías, no se plantee modificarlo".

El senador PS Carlos Montes, dijo que la iniciativa permitirá actualizar la normativa local mejorando las condiciones laborales. "Hay que hacerse cargo de que estamos muy atrasados respecto de America Latina. Nuestra legislación está muy desequilibrada y hay que hacer correcciones. Ojalá los privados se sumen a eso y colaboren a precisar las cosas".

La idea de un acuerdo también es respaldada por el senador DC Andrés Zaldívar, quien señaló hace algunas semanas en referencia a la reforma laboral que siempre ha sido "partidario de que las leyes salgan con el mayor respaldo posible". "Creo que al país le hacen bien los acuerdos. No soy de los que creen que porque uno tiene un voto más puede imponer lo que quiere", manifestó Zaldívar.

En las próximas semanas, el gobierno sostendrá reuniones por reforma laboral con las bancadas de senadores oficialistas. El PS por ejemplo tenía prevista una para esta semana con la ministra del Trabajo Ximena Rincón -titular que ha abordado la reforma los dos últimos martes en almuerzo con la DC- que finalmente quedó pendiente.