Con una pizza de factura casera recibió en su departamento el senador y presidente DC Ignacio Walker a los jefes del PS, Osvaldo Andrade y de RN, Cristián Monckeberg la noche del pasado jueves.
El objetivo de la cita era realizar un último intento para sumar a RN a un acuerdo para reformar el sistema electoral binominal. Pero la reunión terminó sin acuerdo, por lo que las negociaciones quedaron congeladas hasta nuevo aviso.
"No hemos cerrado ninguna puerta, sin embargo hemos constatado que no hay condiciones para que en el primer trámite constitucional establecer un acuerdo", dijo ayer Andrade, quien desechó la posibilidad de lograr un entendimiento al menos durante la discusión en la Cámara de Diputados.
Actualmente la reforma electoral enviada por el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet se encuentra en su fase final de tramitación en la Cámara. Sin embargo, las apuestas de los negociaciones es que puedan reactivarse en la siguiente fase de discusión que corresponde al Senado.
Hoy la iniciativa necesita de 71 votos en la Cámara y ya tiene el respaldo de diputados independientes y de la Nueva Mayoría, salvo disidencias puntuales que -a juicio del gobierno- no pondrían en riesgo la aprobación del proyecto.
Pese a ello, al Ejecutivo le interesaba tener un apoyo más amplio, por lo que el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, mandató a los presidentes del PS y la DC tratar de acercar posiciones con Monckeberg.
Originalmente las conversaciones se habían restringido a contactos entre dirigentes de RN y la DC, pero en los últimos días se incorporó Andrade, quien -a juicio de algunos parlamentarios de oposición- puso más exigencias a las tratativas.
Algunos, sin embargo, interpretan que el presidente del PS se vio "tironeado" por el clima de resistencia que existe en un sector de la Nueva Mayoría a los acuerdos con la Alianza tras el pacto tributario que selló el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, con un grupo transversal de senadores.
En RN, en tanto, tampoco estaban conformes con la última oferta del oficialismo, que implicaba aumentar a 56 los senadores y establecer tres regiones con cupos senatoriales impares. Además, se mantenía el aumento a 155 diputados del proyecto original (ver nota secundaria). En RN prefieren menos parlamentarios y que cada zona electoral tenga asignada una cuota de escaños pares al Congreso.
A ello se sumaba negativa tajante de la UDI, que cuestiona el aumento de legisladores y de recursos para el Congreso. De hecho, la directiva gremialista, en una reunión realizada el jueves en la noche, ratificó su postura contraria a la reforma de Bachelet.
Así, en la reunión realizada en la casa de Ignacio Walker, cada uno de los presentes transparentó sus cartas. Pero tanto Monckeberg como Andrade fueron inflexibles y admitieron que no tenían margen para ceder.
"No perdemos la esperanza de lograr un acuerdo con RN. Hemos hecho avances sustantivos. Por ahora, vamos a votar el proyecto del gobierno, porque tenemos los votos", dijo Walker al ser consultado por las negociaciones.
"Creo que Monckeberg está siendo objeto de tironeos por sectores que tradicionalmente a veces en la sombra tratan de pautear en exceso a RN", dijo el diputado DC, Ricardo Rincón.
"Tenemos todo el tiempo que dura la tramitación para llegar a un acuerdo. Hemos dado muestras suficientes de que queremos cambiar el sistema binominal, pero tenemos que buscar un buen sistema, que no sea un traje a la medida para algunos", expresó, por su parte, Cristián Monckeberg.