El impacto de la crisis del euro se está  propagando a América Latina, al sudeste asiático y a otras regiones, y agrava  el desempleo de los jóvenes, indica el martes un estudio de la Organización  Internacional del Trabajo (OIT).

En su informe titulado "Panorama mundial del empleo: sombrías perspectivas  para los jóvenes en el mercado del trabajo", la OIT afirma que la tasa de  desempleo entre los jóvenes se agravará a escala mundial, ya que "el impacto de  la crisis del euro se propaga de las economías desarrolladas hacia las  emergentes".

"Paradójicamente --subraya Ekkehard Ernst, principal autor del informe--  solamente en las economías desarrolladas la tasa de desempleo de los jóvenes  bajará en los próximos años, pero ello se debe a la muy fuerte alza del  desempleo de jóvenes en todas las regiones desde que se desencadenó la crisis".

La tasa de desempleo de los jóvenes en las economías desarrolladas pasará  del 17,5% en 2012 a 15,6% en 2017. Antes de la crisis, en 2007, el porcentaje  era de 12,7%.

En cambio, en América Latina y el Caribe, se pronostica un ligero aumento  del 14,6% (2012) al 14,7% (2017), en el sudeste asiático y Pacífico del 13,1%  al 14,2% y en Medio Oriente del 26,4% al 28,4%.

La crisis del euro afectará a América Latina y el sudeste asiático,  reduciendo las "exportaciones de estas regiones hacia las economías avanzadas",  en particular de Europa, añade el informe.

En cifras globales mundiales, el desempleo juvenil pasará del 12,7% en 2012  a 12,9% en 2017.

Incluso en los países donde se registran señales de recuperación del  empleo, "muchos jóvenes tendrán dificultades en encontrar un trabajo", advierte  la OIT.

"Por ejemplo, un obrero de la construcción que ha perdido su empleo por la  crisis del sector inmobiliario, no tendrá necesariamente la cualificación  exigida en otros sectores que ofrecen trabajo", ilustra la OIT.

Según Ernst, "ello conduce al desaliento y a un aumento de la tasa de NEET  (acrónimo inglés que designa a quienes ni tienen trabajo, ni están  escolarizados ni en formación)".

Por ello, aunque las cifras no son catastróficas, sí esconden una realidad  más dura. "Buena parte del retroceso de la tasa de desempleo de los jóvenes (en  las economías desarrolladas) no puede atribuirse a una mejora del mercado sino  a un desistimiento de numerosos jóvenes que, desalentados, acaban por dejar el  mercado de trabajo", indica la OIT.

"Esos jóvenes desalentados no son contabilizados entre los jóvenes sin  empleo", recuerda el organismo.

Durante su conferencia anual de junio de 2012, la OIT adoptó una resolución  para combatir el desempleo de los jóvenes.

Entre las medidas propuestas, abogó por "favorecer un crecimiento rico en  (creación) de empleo", "promover políticas macroeconómicas y estímulos  fiscales" que faciliten el trabajo, así como adoptar "medidas anticíclicas",  "acciones para reactivar el consumo" y "programas de empleo público", recuerda  la OIT.