La producción mundial de vino podría caer 5,3% este año debido a que el exceso de lluvia arruinó los cultivos de uva en Sudamérica y el clima adverso en los viñedos franceses, lo cual generó una de las cosechas más reducidas de los últimos 20 años,

según estimaciones de la International Organisation of Vine & Wine, un grupo con sede en París conocido por su sigla en francés OIV.

El volumen de vino podría desplomarse desde 273,9 millones de hectolitros el año pasado hasta 259,5 millones. La producción estimada equivale a unos 35.000 millones de botellas.

La producción se acercará a la alcanzada en los años más flojos de las dos últimas décadas, 2012 y 2002, dijo en una conferencia de prensa Jean-Marie Aurand, director general de la OIV. Las lluvias en América Latina ligadas al fenómeno climático de El Niño rebajaron allí las cosechas de uva, en tanto la producción en Francia caerá significativamente por debajo del promedio, según la OIV, que tiene 45 Estados miembros.

"La producción se vio seriamente afectada por condiciones climáticas excepcionales", dijo Aurand. "Si hay un producto vulnerable a los fenómenos climáticos, es el vino", añadió.

Se prevé que la producción vitícola de Chile caerá un 21% este año hasta 10,1 millones de hectolitros, en tanto los volúmenes en Argentina podrían desplomarse un 35% hasta 8,8 millones de hectolitros, conforme la perspectiva de la OIV.

"El efecto de El Niño generó probablemente estos problemas", dijo Aurand. "Las heladas y mucha lluvia causaron pérdidas en la cosecha", precisó.

Se prevé que Italia seguirá siendo el mayor productor de vino del mundo, en tanto su producción caerá un 2% hasta 48,8 millones de hectolitros. Se espera que Francia mantenga el segundo puesto, aun con una producción de 41,9 millones de hectolitros, un 12% más baja. Los productores de uva franceses tuvieron dificultades con una combinación de heladas de primavera, granizo, sequía y pudrición de la fruta que, según las previsiones, tendrá como resultado el menor volumen de vino del país en cuatro años.

Se prevé que el consumo mundial, sin contar el vino para destilar en bebidas alcohólicas y uso industrial, se instalará en algún punto entre 239,7 millones y 246,6 millones de hectolitros. Después de una caída mundial en la ingesta de vino desde la crisis financiera de 2008, ahora el consumo parece estar estabilizándose y este año podría aumentar, dijo Aurand.