Dos ataques con bombas por separado causaron la muerte de 10 personas en Irak hoy, elevando a 19 el número total de víctimas fatales por asaltos ocurridos durante la jornada en el país.
En uno de los ataques, un suicida vestido de policía provocó la muerte de seis personas y dejó heridas a otras 18 cuando detonó su chaleco con explosivos en la entrada de una mezquita chiíta de Baquba, 65 kilómetros al noroeste de Bagdad, informó la policía.
El asalto tuvo lugar cuando la gente se reunía para acudir a un sermón religioso al anochecer, cuando se puede romper el ayuno por el mes sagrado de Ramadán, un ritual de los musulmanes. Algunos de los muertos eran policías.
Baquba es la capital de Diyala, una provincia con mezcla de grupos religiosos y étnicos donde se han producido numerosos atentados suicidas y otro tipo de ataques, mientras la violencia parecía haber disminuído en el resto del país.
En otro asalto, la explosión de una bomba en un minibús en el sur de Irak causó la muerte de cuatro pasajeros e hirió a otros ocho. El vehículo estalló en las afueras de la ciudad chiíita sagrada de Kerbala, unos 80 kilómetros al sur de Bagdad, según la policía.
Además, nueve personas murieron en un asalto suicida en la provincia de Anbar, en el oeste del país, cuando un atacante estrelló un vehículo lleno de explosivos contra un puesto de control de la policía en las afueras de la ciudad de Ramadi. Al menos 13 personas resultaron heridas.
Los atentados se han reducido notablemente en Irak desde los niveles de violencia sectaria desatada tras la invasión dirigida por Estados Unidos en marzo de 2003.
Sin embargo, una ola de recientes ataques ha provocado cuestionamientos sobre si las fuerzas de seguridad iraquíes podrán frenar la renovada violencia tras el retiro de las tropas estadounidenses.
MALIKI CULPA A SIRIA
Las tropas de combate estadounidenses se retiraron de las ciudades iraquíes a fines de junio, aumentando el temor de un regreso a la violencia sectaria que casi desgarró a Irak en 2006 y 2007.
Las fuerzas estadounidenses tienen previsto terminar completamente las operaciones de combate el próximo verano y replegar todas sus tropas para fines de 2011.
Feroces ataques con camiones bomba afuera de ministerios de Gobierno en Bagdad provocaron la muerte de casi 100 personas el mes pasado, en el día más sangriento del año.
Desde entonces, el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, ha aumentado sus críticas a Siria, donde dice que los líderes de Baath han planeado ataques dentro de Irak. También demandó al país vecino que entregue a dos hombres que considera que planearon las incursiones armadas.
Siria niega ser un refugio seguro para combatientes extranjeros o militantes asociados al prohibido partido Baath de Saddam Hussein.
La disputa se ha intensificado y tanto Bagdad como Damasco llamaron a consulta a sus embajadores.
Sin nombrar directamente a Siria, Maliki también pidió una investigación de Naciones Unidas sobre los ataques con bomba de agosto y condenó que fuerzas extranjeras apoyen atentados dentro de Irak.