"Si te agarramos no vas a ir a la comisaría. Te vamos a linchar". Cansados ya de los hechos de inseguridad de los que son víctimas, los vecinos de barrio Los Hornos, en Santa Fe, advierten así, a través de carteles, los riesgos que enfrentan los ladrones. Al igual que otras ciudades de Argentina, en esta capital provincial han decidido tomarse la justicia por sus propias manos. Es la expresión de una nueva forma de violencia, que sumada a la creciente penetración del narcotráfico -en especial, en Rosario, la principal ciudad de la provincia de Santa Fe- han encendido las alarmas sobre los crecientes niveles de inseguridad en Argentina.

La semana pasada un delincuente falleció en Rosario, a unos 300 km de Buenos Aires, como consecuencia de los golpes que le propinó un grupo de vecinos tras haberle robado la cartera a una mujer que caminaba con su hija. Fue el inicio de una reacción en cadena que, según el diario porteño Clarín, ya suma 10 intentos de linchamiento en nueve días. Uno de los últimos casos se registró en La Rioja, donde un delincuente recibió una fuerte paliza antes de que la policía interviniera. El otro hecho tuvo lugar en Córdoba, cuando los vecinos capturaron a un ladrón que quiso arrebatarle su mochila a una menor que salía del colegio. El tercer episodio también tuvo a Rosario como escenario. Allí un adolescente fue golpeado por varios automovilistas luego que intentara sacarle un bolso a un peatón. Casos similares se ha repetido en Santa Fe, General Roca (Río Negro) y en Buenos Aires.

Preocupada por este fenómeno, la Presidenta Cristina Fernández advirtió en un mensaje por cadena nacional que "todo lo que sea generar violencia, siempre engendra más violencia, la violencia se espiraliza (sic)". Desde la oposición, el diputado Sergio Massa, aspirante a ocupar la presidencia en 2015, subrayó la necesidad de construir "un gobierno que garantice el estado de derecho y el cumplimiento de la ley".

Aunque Argentina no cuenta con estadísticas oficiales sobre delitos desde 2009, la inseguridad figura entre una de las principales preocupaciones de sus habitantes, según consigna AP. "El fenómeno que se dio en los últimos días es una consecuencia penosa de una sociedad que se siente desprotegida por un Estado que hasta hace muy poco tiempo negó el delito y lo cubrió con el eufemismo de la 'sensación de inseguridad'", se lamentó la filósofa Diana Cohen, en una columna publicada ayer por Clarín. El editor de ese periódico, Ricardo Roa, también advirtió sobre el fenómeno. "Los linchamientos son una vuelta de tuerca de la inseguridad. La violencia es contagiosa, es un virus que puede terminar en epidemia", afirmó.

Con al menos cinco casos de linchamiento, Rosario ratifica así el triste título de "capital del crimen" de Argentina. Según fuentes oficiales, durante 2013 se produjeron 268 homicidios en esa ciudad. Incluso, durante el pasado mes de enero hubo más de un asesinato por día. De hecho, el diputado provincial oficialista, Eduardo Toniolli, admitió la gravedad de la situación en la urbe golpeada por el narcotráfico. "La tasa de homicidios aumentó de 5,5 cada 100 mil habitantes en 2002 a 22 cada 100 mil habitantes el año pasado". Según datos de la PDI, la tasa promedio de homicidios en la Región Metropolitana de Santiago entre 2007 y 2010 fue de 4,11 homicidios por cada 100 mil habitantes.

En enero, el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, viajó a EE.UU. Allí autoridades del Departamento de Estado definieron a Rosario como "núcleo duro" del narcotráfico en Argentina, según dijo. El diario La Nación incluyó a Mendoza entre las provincias que le han pedido auxilio a Washington para combatir el narcotráfico y la escalada de violencia que éste genera.