Después de un tenso debate y con toda la oposición en contra, el gobierno de Mariano Rajoy consiguió sacar adelante el plan de recortes más duro de la historia moderna de España, mientras en las calles se registraba una multitudinaria ola de protestas.
El conservador Partido Popular hizo valer su mayoría absoluta en el Parlamento y logró convalidar el paquete de medidas urgentes anunciado hace una semana por 180 votos a favor, 131 en contra y una abstención, en el último intento de sortear la aguda crisis y recuperar la confianza de los inversionistas.
El plan incluye un incremento del IVA en tres puntos, de 18 a 21%, a partir del 1 de septiembre y la supresión del pago extraordinaria de Navidad para todos los funcionarios que cobren más de 962 euros (1.182 dólares) al mes. Es decir, sólo 14.000 de los 2,7 millones de empleados públicos del país ibérico se librarán de este recorte.
El gobierno espera ahorrar 65.000 millones de euros (79.900 millones de dólares) con la suma de todos los ajustes que recoge el plan de austeridad.
"No hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios públicos", dijo el ministro de Haciendo, Cristóbal Montoro, en el Parlamento. "Este gobierno está actuando por necesidad. La necesidad es la que marca el camino", agregó. Para el opositor Partido Socialista, el PP sólo está consiguiendo agudizar la recesión y retrasar la recuperación.
CASI 80 MANIFESTACIONES
La impopularidad de las medidas quedó reflejada en las casi 80 manifestaciones de protesta convocadas por los sindicatos mayoritarios de izquierdas en todo el país. Centenares de miles de personas marcharon por ciudades como Barcelona, Bilbao o Madrid bajo el lema: "Quieren arruinar el país. Hay que impedirlo. Somos más".
En la capital española, se vivió una de las protestas más numerosas. En la marcha participaron desde efectivos de policía, bomberos y líderes políticos de la izquierda hasta profesores de escuela y muchas personas anónimas descontentas con la marcha de la economía, que sigue en recesión y soporta un desempleo de casi el 25%, con 5,6 millones de desocupadas.
Muchos ciudadanos portaban banderas de España con crespones negros en señal de luto junto a pancartas en las que se podían leer mensajes como "No más recortes" y "Han traicionado a España". "Que recorten de otros sitios. Aquí lo pagamos todo los mismos, la clase media", dijo Isabel Urbelz, una funcionaria de 54 años que perderá su paga de Navidad.
"Trabajo y estudio al mismo tiempo. Me han bajado el sueldo y han subido la matrícula de la Universidad", explicó Sandra García, de 28 años. "Se rescata a los bancos, pero a nosotros no nos dejan vivir".
Desde que el presidente Mariano Rajoy anunció las medidas se han producido centenares de pequeñas manifestaciones de protesta, sobre todo en Madrid.
En previsión de posibles incidentes, la policía bloquea desde hace días con grandes vallas y un fuerte dispositivo los principales accesos a la sede del Congreso de los Diputados en el centro de la capital española.
El plan se aprobó un día antes de que el gobierno dé a conocer los detalles del rescate de hasta 125.000 millones de dólares para su problemático sector financiero.