El principal oleoducto de Alaska reanudó sus operaciones, una semana y media después de que la línea fuera cerrada por una fuga, lo que le permitirá alcanzar un flujo de 500.000 barriles por día (bpd) el martes, dijo un portavoz de la firma.

El ducto, que transporta un 12% de la producción estadounidense de petróleo, tenía previsto reanudar sus operaciones en la mañana del lunes.

La construcción de un desvío cerca al lugar de la fuga concluyó temprano el lunes, dijo a Reuters, Mike Levshakoff, portavoz del operador del ducto, Alyeska.

La filtración, que fue descubierta el 8 de enero, forzó a los productores de crudo de Alaska a reducir fuertemente su bombeo, ayudando a disparar los precios del petróleo a cerca de los US$100 por barril, su mayor nivel en dos años y medio.

Los futuros de crudo estadounidenses cayeron 52 centavos, a US$91,02 por barril, el mayor declive en un día desde antes de que el ducto fuera suspendido.

El ducto de 1.280 kilómetros de extensión producía alrededor de 640.000 barriles de crudo por día en diciembre antes de que la fuga forzara a su cierre del 8 al 11 de enero.

La tubería reinició brevemente sus actividades la semana pasada a una tasa de menos de 400.000 bpd para evitar problemas de congelación y almacenamiento a lo largo de la línea y en los yacimientos de crudo, pero se cerró de nuevo el sábado para permitir a los trabajadores instalar un desvío de 48 metros de extensión.
 
Los productores petroleros en North Slope, principalmente BP, ConocoPhillips y Exxon Mobil, debieron reducir su producción durante el cierre del ducto.