En el griterío de las redes sociales aventuraban que Olivia Newton-John había ingresado al escenario de la quinta Vergara sin calentar lo suficiente. Imposible. Para una figura de su nivel -en este caso la categoría es la de un clásico del pop de todos los tiempos-, resulta inimaginable, cuestión de profesionalismo. Si cabía alguna duda, a la altura de la versión que hizo del éxito country "Jolene" de Dolly Parton, los impresionantes agudos sellaron cualquier interrogante. Descartada la voz, los dardos apuntaron a la mesa de sonido. Por la tarde, en el ensayo correspondiente, todo parecía funcionar impecable. Pero no hubo caso. El debut de Olivia Newton-John en el festival de Viña del Mar fue desilusionante, tibio apenas para una de las mayores apuestas de esta versión del certamen que sigue siendo discreta. El nivel del audio fue mediocre, como si se hubiera calibrado para una sala techada y de capacidad media, y no para un espacio al aire libre donde caben más de 15 mil personas.
Y mientras en la redes sociales, a nivel mundial, sospechaban que Olivia era trending topic porque había muerto, lo único que desfallecía era un show que a pesar de los incontables éxitos, apenas entibió a la Quinta Vergara. Una lástima porque definitivamente la voz de la artista nacida en Inglaterra y criada en Australia continúa impecable, sin necesidad de adaptar los tonos a pesar de sus 68 años. Con Xanadu, la segunda de la noche tras el súper hit soft rock "Magic", la banda naufragó estrepitosamente. Cómo penaban los coros de Jeff Lyne y los detalles de los arreglos, sobre todo el piano. Aunque Olivia desplegaba gracia y coquetería que todavía irradia destellos juveniles, sin la potencia necesaria su batería de éxitos terminó desdibujada. "Suddenly", por ejemplo, resultó desfalleciente.
El público mantuvo el decoro en You're the one that I want soslayando el coro adaptado con picardía, como se sumó entusiasta al juego mujeres versus hombres que propuso en Summer nights. Quedaron fuera clásicos como Sam, una de sus mejores baladas, como el guitarrista pasó de largo con los arreglos característicos de Hopelessly devoted to you. Una lástima. Olivia Newton-Jonh debió romperla en la quinta Vergara para esta alicaída versión del festival, y solo ofreció un pálido reflejo de su fulgor musical.