Los delitos de abusos sexuales por parte de una decena de sacerdotes de Granada del llamado "clan de los Romanones" fueron anulados hoy, por el juez español  Antonio Moreno, que solo proseguirá la investigación contra su líder.

La aplicación de la prescripción es "de obligado cumplimiento", señala el juez Antonio Moreno, quién aclara además que la prescripción de los delitos "no supone la declaración de inexistencia de pruebas de indicios de comisión o su inexistencia".

Los delitos de abuso sexual, agresión sexual o exhibicionismo se prolongaron desde 2004 a 2007. El caso del "clan de los Romanones", en el que el juez imputó a 10 sacerdotes y dos laicos, se abrió a raíz de que un joven, Daniel, que tiene ahora 24 años, puso en conocimiento del Papa Francisco los abusos sexuales que sufrió de pequeño. 

Desde que se produce la mayoría de edad del denunciante (enero de 2008) hasta que se inicia el procedimiento, en noviembre de 2014, se han superado los tres años previstos en la ley como plazos de prescripción para dichos delitos, que están castigados con tres años.

En el caso del líder del grupo, el padre Román, los delitos de los que está acusado -abuso sexual continuado con introducción de miembro corporal por vía anal y prevalimiento- están castigados con penas de hasta 10 años, por lo que no están prescritos.

En el auto de imputación de diez sacerdotes y dos laicos del año pasado, el juez señaló que "los hechos objetos de la investigación tienen una gran trascendencia y gravedad en sí mismos, por aparecer, además como implicados religiosos proclamados por dicha confesión religiosa, lejos de ser los garantes de los principios religiosos proclamados por dicha confesión y su más Alto signatorio, indiciariamente se podrían haber convertido en sus transgresores".

En el auto se detallaban los abusos sexuales sufridos por cuatro víctimas, con penetraciones incluidas en algunos casos, las coacciones y amenazas. Las víctimas, que han necesitado tratamiento psicológico, tenían entre 14 y 15 años.

Al recibir la carta de Daniel el Papa Francisco le instó a presentar una denuncia ante la fiscalía de Granada, tras lo que el juzgado abrió diligencias penales en octubre.

Al abrirse la investigación el Arzobispado de Granada apartó a tres de los sacerdotes investigados -el cabecilla, el Padre Román, y otros dos sacerdotes-, mientras que los otros siete implicados han continuado realizando su labor pastoral.